Parálisis legislativa y barro judicial: la política nacional seguirá en 2025 la senda de 2024

En 2025 la política nacional seguirá por la misma senda de 2024. Es decir que continuarán la parálisis legislativa y el barro de los tribunales que acechan al Gobierno de PSOE y Sumar dirigido por Pedro Sánchez. 

Salvo milagro que lo remedie, parece obvio que la polarización y la crispación seguirán imponiéndose en la tribuna (no tanto en los pasillos) del Congreso de los Diputados. Lejos quedan los acuerdos transversales como los vividos recientemente en Euskadi. 

Ni las últimas decisiones judiciales favorecen los intereses del Ejecutivo. Ni la oposición da síntomas de aflojar en su estrategia de dar por amortizado a Sánchez. Ni los acuerdos con los socios resultan sencillos. 

En la legislatura en curso el Gobierno no ha podido aprobar grandes leyes. Y cada votación en el Parlamento se está convirtiendo en un verdadero galimatías, como acaba de verse con el impuesto a las energéticas. 

Objetivo: los Presupuestos

En este contexto, el Gobierno tiene como primer objetivo reconocido alcanzar un acuerdo a múltiples bandas para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. Pero no va a ser fácil lograrlo. 

El pasado año las cuentas públicas tuvieron que prorrogarse por la imposibilidad para cerrar un pacto. Este año la presión de Junts, de Podemos o de ERC crece por diversos motivos. Contentar a todos al mismo tiempo parece una tarea imposible, pero el Ejecutivo lo ha logrado en el pasado reciente. 

Frentes judiciales

La sensación que cunde es que el Gobierno afronta demasiados frentes judiciales. El 'caso Koldo', que ya puede llamarse 'caso Ábalos', con la constante amenaza de las posibles revelaciones del empresario Víctor de Aldama, es acaso el más grave de los problemas para Sánchez. 

Pero tampoco pueden olvidarse otras investigaciones como la que se refiere a su esposa, Begoña Gómez, y la que mantiene imputado al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. 

Es evidente que la oposición no va a frenar en sus ataques al Gobierno y en la exigencia de elecciones generales. Aunque también es palmario que al Ejecutivo no le importa demasiado lo que hagan y digan PP y Vox.

Habrá que ver hasta dónde llegan las decisiones judiciales. Pero está claro que se avecinan más crispación, más batalla y menos leyes. Quizás el 2024 que agoniza se quede corto en comparación con el 2025 que viene.