La presidenta del Colectivo de víctimas del terrorismo del País Vasco (Covite), Consuelo Ordóñez, ha recordado, en el acto en memoria de su hermano Gregorio Ordóñez, cuando se cumplen 30 años de su asesinato por ETA, en San Sebastián que "los jefes políticos de ETA están hoy en las instituciones, cada vez con más poder, sin haber condenado un solo atentado terrorista y beneficiándose de un marco de impunidad que pocos se atreven a cuestionar".
Este ha sido el último año en el que Covite recuerda a Ordóñez en el cementerio de Polloe con un acto, al que han acudido numerosas autoridades y representantes políticos como el alcalde donostiarra, Eneko Goia, la consejera vasca de Justicia, María Jesús San José, el secretario general del PSE-EE de Gipuzkoa y diputado foral, José Ignacio Asensio, la presidenta del PP de Gipuzkoa, Muriel Larrea, el del PP vasco, Javier De Andrés, o la delegada del Gobierno central en Euskadi, Marisol Garmendia, entre otros.
También han asistido la viuda de Ordóñez, Ana Iribar, así como otras víctimas del terrorismo, como Gorka Landaburu o José María Múgica, hijo del dirigente socialista Fernando Múgica asesinado por ETA, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, y el filósofo Fernando Savater.
Consuelo Ordóñez ha comenzado su intervención recordado que el homenaje a su hermano en Polloe, comenzó "por culpa de la Iglesia vasca" que se negó a oficiar una misa en recuerdo de Gregorio Ordóñez en su aniversario. Según ha relatado, tras el "disgusto" inicial, conoció a "una persona maravillosa", el jesuíta Alfredo Tamayo, que durante muchos años ha oficiado un responso junto a su tumba en el cementerio donostiarra.
En su discurso, la presidenta de Covite ha confesado que en este acto se encontraba "sensible" por las "muchísimas muestras de cariño y admiración" hacia Gregorio Ordóñez recibidas de muchos ciudadanos.
En este sentido, ha señalado que esto le ha hecho cuestionarse "qué ha pasado en estos 30 años en la política de nuestro país para que tantos ciudadanos encuentren un refugio, un bálsamo, en la voz de Gregorio".
Tras destacar que su hermano "nunca entendió la política como una estrategia o un medio para conseguir poder", la presidenta de Covite ha criticado que "los terroristas y sus protectores no podían permitir que Gregorio, que tenía tan claro cómo había que derrotarlos, pudiera ser el alcalde de una ciudad en la que siempre habían tenido mucho poder y muchos apoyos sociales y políticos".
"Prostituyendo la democracia"
Así, ha criticado que, "mientras sus adversarios defendían que había que negociar con ETA para acabar con la violencia, él sabía perfectamente lo que eso significaba, que estaríamos prostituyendo la democracia".
En este contexto, ha reconocido que "resulta doloroso comprobar que la derrota de ETA con la que él soñó -el rechazo social, la eficacia policial y el aislamiento de los violentos- nunca se produjo", y que "han sido demasiadas las ocasiones en las que se ha negociado con ETA o se ha transigido con sus exigencias, y que lo han hecho todos los que han gobernado nuestro país".
Ordóñez ha censurado a quienes aseguran "que es un éxito que quienes antes pegaban tiros y jaleaban los asesinatos hoy hagan política".
"Los jefes políticos de ETA están hoy en las instituciones, cada vez con más poder, sin haber condenado un solo atentado terrorista, sin siquiera decir que matar estuvo mal y beneficiándose de un marco de impunidad que pocos se atreven a cuestionar", ha dicho.