Hay que endurecer la ley sobre lobbies y puertas giratorias

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Hay que endurecer la ley sobre lobbies y puertas giratorias

Hay que cambiar la ley para que las puertas giratorias se cierren de verdad y para que los lobbies no tengan tanta influencia

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Cuando la legislación no es suficiente, hay que endurecerla. Me refiero, en este caso, a esa relación siempre difusa entre políticos y empresas, que se produce tanto cuando los primeros ejercen el cargo como cuando lo dejan y cruzan las puertas giratorias para acabar en determinadas compañías.

En las últimas semanas hemos hablado mucho de puertas giratorias debido al fichaje de Andoni Ortuzar, expresidente del PNV, por PwC. Además, hemos hablado mucho de lobbies, sobre todo a raíz de Equipo Económico, con ese caso que se está investigando en los juzgados.

No hay nada mejor que endurecer la ley para que las puertas giratorias sean más difíciles de cruzar y para que los lobbies actúen de otra manera y no tengan la fuerza que tienen todavía hoy en España.

Mezclo ambas cuestiones porque, además, muchos cruzan las puertas giratorias precisamente para hacer lobbies desde determinadas empresas. Esta misma semana les hemos contado que Bildu ha pedido en el Congreso de los Diputados endurecer la legislación. Y, en este caso, hay que aplaudir esa propuesta.

Para la política no es nada positivo lo que estamos viendo. Todos esos casos ensucian la labor de los representantes públicos.

Puede ser que algunos de ellos simplemente quieran seguir trabajando cuando salen de la política, el caso de Ortuzar es el último pero hay otros muchos. Tienen derecho, por supuesto, a seguir trabajando, faltaría más. Pero hay veces en que esa música no suena nada bien, sobre todo si las empresas elegidas contratan con las administraciones vascas que gestionan los partidos.

No queda otra que endurecer la ley, insisto. Desde hace mucho tiempo algunos denunciamos esas relaciones entre las élites políticas y empresariales, que quedan negro sobre blanco en los citados fichajes por ciertas empresas y en los citados lobbies que funcionan a veces en la sombra.

Hay que cambiar la ley para que las puertas giratorias se cierren de verdad. Y para que los lobbies no tengan tanta influencia. La propuesta de Bildu y otras que hemos contado son más que necesarias tanto en el Congreso de los Diputados como en el Parlamento vasco.

La política tiene que estar limpia. Y, además, tiene que parecerlo.