Recordar el terrorismo para una Euskadi mejor

Tenemos que seguir recordando qué fue el terrorismo de ETA y todas las consecuencias derivadas de lo que pasó. Lo digo porque esta semana se han cumplido catorce años ya del anuncio del cese de atentados de la banda.

Lo digo, además, porque esta semana la Fundación Buesa ha celebrado su seminario anual en Vitoria, centrado en esta ocasión en aquel terrible año 2000, el de la vuelta del terror tras una tregua, cuando se produjeron tantos asesinatos, empezando por el del propio Fernando Buesa y su escolta, Jorge Díez Elorza.

Y lo digo, quizás por encima de todo, porque siguen ocurriendo cosas que dan que pensar. 

El otro día aquí, en Vitoria, alguien pintaba goras a ETA en una imitación del Muro de Berlín que está colocada en el centro de la ciudad. Y a menudo vemos otros hechos luctuosos que denuncian las víctimas, sea la propia Fundación Buesa o el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite).

Así fue el homenaje al etarra Jakes Esnal, condenado por el atentado de la Casa Cuartel de Zaragoza

Son sucesos que nos tienen que hacer pensar pese a que hayan pasado catorce años del final de los atentados y aunque quede muy lejos aquel año 2000 terrible. Pensar que tenemos que seguir recordando.

Tenemos que seguir recordando qué fue el terrorismo y cuáles fueron sus consecuencias, dado que algunas de ellas todavía las padecemos hoy a nivel de convivencia.

Tenemos que seguir recordando desde un punto de vista inclusivo, como siempre decimos aquí, teniendo en cuenta todas las vulneraciones de los derechos humanos. Por supuesto, en este periódico somos críticos con el terrorismo de ETA y lo condenamos claramente.

Pero también pensamos lo mismo sobre el terrorismo de los GAL y otros tipos de terrorismo de Estado que se produjeron aquí. También con los casos de torturas y con tantas y tantas cosas que ocurrieron en Euskadi. 

Tenemos que seguir recordando o, lo que es lo mismo, haciendo memoria para construir el futuro de Euskadi en convivencia. Una convivencia que será mejor precisamente cuanto más y mejor recordemos. Para ello, tenemos que partir de los hechos objetivos que sucedieron pero, repito, teniendo en cuenta todos los sentimientos y los sufrimientos vividos aquí.

Esa es nuestra labor como periodistas y la labor de toda la sociedad. A veces se echa en falta más política pública de memoria y de recuerdo, aunque el Departamento de Justicia, con Gogora, va por el buen camino.

La memoria siempre es necesaria. Y aquí hemos defendido, defendemos y defenderemos que hay que seguir recordando para ser mejores en el futuro.

Deslegitimar el terrorismo en las calles de Euskadi