Agur al Guggenheim de Urdaibai: "No seguiremos adelante"
El Patronato del Museo Guggenheim Bilbao tumba la ampliación en Urdaibai. Este anuncio llega tras el plazo de dos años para analizar la "viabilidad" y "factibilidad" de la iniciativa
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Y el Guggenheim de Urdaibai murió antes de nacer. Este martes el Patronato del Museo Guggenheim Bilbao, que reúne a las principales instituciones vascas, ha anunciado su decisión de "no seguir adelante" con el proyecto de ampliación del centro de arte moderno en Urdaibai (Bizkaia), tras el plazo de dos años que se dio el 22 de enero de 2024 para analizar la "viabilidad" y "factibilidad" de la iniciativa.
Así lo han anunciado esta tarde en una rueda de prensa en el Museo bilbaíno, tras la reunión del Patronato, --presidido por el lehendakari, Imanol Pradales--, y en la que han participado la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe; la vicelehendakari primera y consejera de Cultura y Política Lingüística, Ibone Bengoetxea, y la directora general del Museo Guggenheim Bilbao, Miren Arzalluz.
El proyecto preveía la expansión de Guggenheim Bilbao en Urdaibai, un espacio protegido, la única reserva de la biosfera en Euskadi. Estaba prevista la construcción dos sedes del museo, una de ellas ubicada en Gernika y la segunda en Murueta, y una pasarela que uniría ambas edificaciones.
La fuerte oposición vecinal y ecologista ha sido decisiva para llegar a esta decisión. A principios de 2024, por sorpresa, el anterior lehendakari, Iñigo Urkullu, y la citada Etxanobe anunciaron la paralización temporal del proyecto. Y poco después dejaron claro que el nuevo lehendakari tendría que decidir sobre una paralización que ahora es definitiva.
Muere así un proyecto que durante años, en concreto desde 2008, ha defendido a capa y espada el PNV. El entonces diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, anunció el proyecto del Guggenheim de Urdaibai, pero ahora, 17 años después, tras muchas idas y venidas y no pocas polémicas, finalmente la idea no se convertirá en realidad.
El propio Pradales, la diputada general de Bizkaia y, en general, los principales rostros peneuvistas han estado defendiendo la necesidad de crear el Guggenheim de Urdaibai durante años. Pero desde la paralización de hace dos años parecía claro que había un viraje hacia otras posiciones.
Para muchos, empezando por el PNV, era una obra necesaria que además, como segunda sede del Guggenheim, ampliaría sobremanera las posibilidades turísticas del territorio. Para otros, era un plan innecesario, faraónico y, sobre todo, que iba contra la ecología privilegiada de la zona.
Después de un largo pulso, el Guggenheim de Urdaibai ha muerto antes de nacer, como ya se ha dicho.
Bildu, Podemos y Sumar aplauden.
La izquierda celebra la decisión. Portavoces de EH Bildu, Podemos y Sumar han celebrado este martes la decisión de paralizar el Guggenheim de Urdaibai. El portavoz de EH Bildu en el Parlamento Vasco, Pello Otxandiano, ha dicho que "se ha impuesto el sentido común y la realidad ha pasado por encima al PNV".
Otxandiano ha afirmado que no había "ni un proyecto cultural ni un proyecto medio ambiental", sino "una apuesta económica por un modelo turístico, por un determinado modelo económico".
Según el portavoz de EH Bildu, quien ha recordado que la mayoría de la comarca se ha opuesto al proyecto, las consecuencias de ese modelo económico-turístico "son muy conocidas hoy en día por la sociedad vasca: La gentrificación, la subida de los precios de la vivienda y la masificación".
Tal y como recoge Efe, la coordinadora general de Sumar Mugimendua, Alba García, ha destacado en las redes sociales que "se ha impuesto el sentir mayoritario" en Euskadi.
García ha destacado que ha sido la sociedad civil la que ha empujado a la paralización de este proyecto. "Que lo escuchen alto y claro quienes ignoraron a la ciudadanía viendo en el destrozo ambiental un filón", ha enfatizado.
Por su parte, el coordinador general Podemos Euskadi, Richar Vaquero, ha publicado también en la redes sociales que hoy "gana Urdaibai, gana el sentido común y gana la ciudadanía".
La renuncia al Guggenheim en la reserva de la biosfera de Urdaibai demuestra, a su juicio, que "cuando la gente defiende su territorio los proyectos impuestos desde arriba se pueden parar"
