El lehendakari, Imanol Pradales EFE
Cara y cruz para Pradales en la semana más intensa en Euskadi
La formalización de la compra de Talgo, el traspaso de cinco transferencias más o la paralización del Guggenheim de Urdaibai han marcado los últimos días
Más información: Pradales en Talgo: "Este es el modelo de arraigo que vamos a seguir aplicando"
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Sin duda, esta semana no ha dejado indiferente a nadie. La cascada de noticias —de todo tipo— ha dejado una de esas semanas intensas que no suelen ser habituales en Euskadi.
Todas ellas tienen un denominador común, el PNV, o más concretamente, el lehendakari, Imanol Pradales.
Al lehendakari se le han presentado unos días un tanto peculiares, con noticias buenas y no tan buenas, en definitiva, un poco de cal y otro poco de arena.
Desde luego, la formalización de la compra de Talgo con la vuelta de la sede a Euskadi ha sido uno de los momentos de la semana.
Después de meses de trabajo, el Gobierno de Pradales ha logrado mantener el arraigo de una empresa tractora, así como lograr que la sede social de la compañía vuelva a terreno vasco.
Una maniobra con la que el lehendakari se anota un tanto muy importante, después de que el Gobierno vasco haya dejado claro durante este tiempo su apuesta por afianzar en Euskadi la industria.
El lehendakari, Imanol Pradales, junto al presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, en la visita a las instalaciones de Talgo EFE
Guiño de Sánchez
No cabe duda que la de Talgo ha sido la operación de la semana, pero tampoco hay que olvidar el anuncio sobre el traspaso de cinco competencias a Euskadi, entre ellas, las prestaciones del paro.
El Gobierno vasco, y muy en concreto Pradales, venía exigiendo a Pedro Sánchez que cumpliese el acuerdo firmado entre PSOE y PNV con el fin de completar el Estatuto de Gernika antes de que termine 2025.
Así, el presidente ya ha tenido un guiño con Euskadi a pocas semanas de que termine el año —que se firmará el 29 de este mes—, aunque eso no evita que desde el Ejecutivo vasco aprieten para que el acuerdo se cumpla al completo y en el plazo establecido.
Por otra parte, el anuncio de las OPE de 2026 con el grueso de plazas para Osakidetza —con un total de 5.425, sumando las pendientes de 2023 y 2024— también ha sido un hecho llamativo de la semana.
Con esta aprobación, que comenzará su ejecución el próximo año, el Gobierno sigue la senda de consolidar el "empleo de calidad y estable" en la administración para fortalecer los servicios públicos.
Varapalo del Guggenheim de Urdaibai
Pero no todo han sido noticias buenas para el PNV, después de la paralización del Guggenheim de Urdaibai, un proyecto defendido a capa y espada por los jeltzales.
Después de que Iñigo Urkullu anunciase a principios de 2024 la paralización temporal, la pelota estaba ahora en el tejado del actual lehendakari.
Pero este ya no tendrá que decidir sobre este asunto porque el propio Patronato ha decidido poner fin a este proyecto que tanta oposición ha generado, sobre todo por su impacto medioambiental.
De hecho, preguntado por este asunto en el Parlamento vasco, Pradales ha asegurado que esto ha sido "una lección que servirá para el futuro" y ha dado "por bueno el intento del Patronato", así como, "sobre todo, el acuerdo unánime y las razones aducidas para ello, recogidas en un informe que es público".
A este varapalo se suma la convocatoria por parte de ELA y LAB de huelga general para el 17 de marzo por el salario mínimo vasco.
El Gobierno de Pradales lleva encadenando varias huelgas a lo largo de este año, muchas de ellas en la educación, pero también en la sanidad pública, las últimas recientemente con paros durante cuatro jornadas.
Por eso, para encontrar una huelga general, como la convocada para el marzo del próximo año, hay que remontarse a antes de la pandemia, al 30 de enero de 2020.