Ni Bermeo ni Getxo: el pueblo más bonito de Bizkaia esconde uno de los grandes secretos de Euskadi
- El pueblo está rodeado por un verde valle que ofrece paisajes espectaculares, mientras que el río Zumelegi atraviesa su casco urbano, añadiendo un toque de serenidad al entorno
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Euskadi es una de las comunidades autónomas que no deja de sorprender a quienes la visitan. Su riqueza cultural, su valioso patrimonio y su exquisita gastronomía la convierten en un destino incomparable.
Desde las verdes montañas hasta las playas bañadas por el Cantábrico, cada rincón de esta tierra invita a descubrir su esencia única y a enamorarse de su historia y tradiciones.
Bizkaia, una de las tres provincias vascas, alberga un sinfín de joyas por explorar. Desde los encantadores pueblos pesqueros de Bermeo y Lekeitio, hasta localidades costeras de renombre como Getxo, pasando por parajes montañosos y villas medievales que mantienen viva su identidad.
Pero si hay un lugar que destaca por su singular belleza y su legado histórico, ese es Elorrio que esconde uno de los grandes secretos de Euskadi. Situado en la comarca del Duranguesado, lindando con Gipuzkoa y Álava, este municipio sorprende con innumerables rincones mágicos y un patrimonio histórico de incalculable valor.
El pueblo está rodeado por un verde valle que ofrece paisajes espectaculares, mientras que el río Zumelegi atraviesa su casco urbano, añadiendo un toque de serenidad al entorno.
Un casco histórico único en Bizkaia
Elorrio destaca especialmente por su excepcional patrimonio medieval, único en toda Bizkaia. Su casco histórico fue declarado Conjunto Monumental en 1964, un reconocimiento que invita a perderse por sus calles adoquinadas.
Estas están repletas de palacios y casas solariegas de piedra y sillería labrada, construcciones de los siglos XVII y XVIII que evocan tiempos de esplendor.
En el corazón del casco viejo, en la plaza Gernikako Arbola, se encuentran el Ayuntamiento y la imponente basílica de la Purísima Concepción, ejemplos destacados de la arquitectura local.
A pocos pasos, junto al palacio Arezpakotxaga, se alza la puerta de Don Tello, la única de las seis originales que se conserva de la antigua muralla que protegía la villa. Otros monumentos de interés son el palacio barroco del Marqués de Tola, el Monasterio de Santa Ana y la iglesia de San Agustín.
Naturaleza, historia y paisajes incomparables
Más allá del casco urbano, Elorrio se encuentra rodeado por un entorno natural privilegiado. Situado entre los montes Oiz e Intxorta y las majestuosas cumbres calizas de Anboto y Udalaitz, el municipio ofrece espléndidos parajes que invitan a disfrutar del paisaje.
Uno de los más destacados es la Necrópolis de Argiñeta, un conjunto funerario único en Euskadi. Frente a la ermita de San Adrián se extienden 23 sepulturas de piedra arenisca y estelas funerarias que datan del siglo IX, lo que convierte este lugar en uno de los monumentos funerarios más importantes de la región.
Otra curiosidad que no puedes perderte es la fuente de Berriozabaleta, situada cerca de la ermita de Santa Catalina. Esta fuente es una réplica de una original de origen inca, un detalle que añade un toque singular a este rincón natural.
Tradiciones vivas en un pueblo con alma
Elorrio no solo brilla por su historia y paisajes, sino también por sus tradiciones. Las Ferixa Nausikoak, sus fiestas principales, se celebran a principios de septiembre y transforman el pueblo en un lugar lleno de vida y alegría. Por su parte, el primer domingo de octubre tiene lugar la festividad de los Errebonbilloak, un alarde tradicional que muestra la esencia más auténtica de esta villa vasca.
Sin duda, Elorrio es un destino imprescindible para quienes desean descubrir la auténtica belleza de Bizkaia, un lugar donde la historia, la naturaleza y las tradiciones se funden en perfecta armonía.