Euskadi baja su nivel de alerta aunque mantiene la duda sobre el confinamiento perimetral
El País Vasco ha activado el escenario 3 del plan Bizi Berri III aunque actualmente es el cuarto territorio del país con peor evolución del virus
26 febrero, 2021 05:30La pandemia empieza a dar muestras de retroceso a nivel global en España y también en el País Vasco, aunque no al mismo ritmo que en otras comunidades. Con una estrategia de vacunación cada vez más cuestionada y "lenta" según toda la oposición, Euskadi se mantiene en el furgón de cola y actualmente es el cuarto territorio del país con peor evolución del virus. Aún así, el territorio vasco ha conseguido en las últimas horas bajar de nivel de alerta y activa el escenario 3 al registrar una tasa de incidencia acumulada inferior a 300 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. 294,54 para ser exactos. Esto abre un nuevo posible escenario para la población vasca.
Según el plan Bizi Berri III, aprobado por el Consejo Asesor del LABI, el estadio 3 contempla volver a activar la libre movilidad del ciudadano en el territorio autonómico y también abre la posibilidad de poner fin al cierre perimetral de la comunidad. Ambas medidas llevan impuestas en Euskadi desde el pasado 13 de enero cuando se decretó de nuevo el confinamiento municipal ante el notable aumento de contagios e ingresos por la tercera ola.
Sin embargo, esto no serán más que conjeturas hasta la próxima reunión del LABI del 5 de marzo. El cierre municipal seguirá vigente y la movilidad continuará restringida hasta que ese día se ponga la posibilidad sobre la mesa aunque sin ninguna certeza puesto que este descenso no implica una desactivación inmediata de las medidas. Este no será el único asunto a debatir el próximo 5 de marzo, puesto que otra de las cuestiones que contempla este nivel 3 es el aumento en las reuniones entre no convivientes de 4 a 6 personas.
Con toque de queda hasta el nivel 1
Lo que permanecerá invariable es el toque de queda, cuestión que no se incluye hasta el escenario 1 del plan, el nivel más bajo en el que la incidencia acumulada debe situarse por debajo de los 60 casos por cada 100.000 habitantes. Las restricciones para el comercio se mantendrán igual, con un aforo máximo del 40% y cierre a las nueve de la noche. Los txokos seguirán cerrados y el público seguirá sin poder acercarse a los eventos deportivos. La hostelería también pemanecerá igual y es precisamente a esta actividad a la que la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ve como posible causante de la ralentización en la bajada de contagios.
Aunque la curva de contagios sigue en fase de descenso, los datos de Euskadi demuestran que aquí el ritmo se ha ralentizado. Durante los últimos días, la comunidad autónoma vasca ha entrado en una fase de meseta. En estos momentos, Euskadi se mantiene como la cuarta comunidad autónoma con peor evolución del virus en esta tercera ola, solo por detrás de Madrid, Ceuta y Melilla.
Una pequeña esperanza para el turismo en Semana Santa
Si finalmente durante la próxima reunión del LABI se da el visto bueno a la apertura de la movilidad, el sector turístico podría tener una esperanza de mejorar sus resultados con la Semana Santa. La del año pasado ya estuvo totalmente anulada por coincidir con el confinamiento de la primera ola, y la de 2021 se mantiene en un periodo de incertidumbre total. Los hoteles y casas rurales de Euskadi manejan aproximadamente un 20% de ocupación, que podría aumentar o descender en función de las restricciones sanitarias. En cualquier caso, el sector no es demasiado optimista de cara a las fechas de pascua.
Todavía queda un mes para este periodo festivo, y el escenario sanitario podría cambiar mucho en este tiempo. Por esa razón ningún agente del sector se atreve a aventurar demasiado sus expectativas en dichas fechas. La postura del Gobierno vasco no es demasiado optimista en este sentido: a principios de febrero Urkullu advirtió de que veía "muy difícil" la movilidad entre comunidades autónomas. Por contra, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, se mostraba más optimista de cara a la movilidad, mientras que Fernando Simón recomendaba tener máximo 150 casos de incidencia para abrir fronteras. Aun así, la última palabra la tendrá el Gobierno vasco.