Euskadi ha realizado 13 procedimientos de eutanasia. /EP

Euskadi ha realizado 13 procedimientos de eutanasia. /EP

Sociedad

El 20% de los médicos vascos objetores de conciencia de la eutanasia son del ámbito privado

118 sanitarios son objetores de conciencia a realizar la prestación de la ayuda para morir , escasamente el 2% de los médicos de Euskadi

1 febrero, 2022 05:00

Tan solo el 2% de los profesionales sociosanitarios vascos se ha declarado objetores de conciencia para no aplicar la eutanasia. Son 188 profesionales en total, de los que 151 trabajan en el sector público de Osakidetza, 31 laboran en el ámbito privado y 6 trabajan simultáneamente en ambos centros. Por lo que del total de objetores de conciencia, el 19,6% trabajan en el sector privado.

De este colectivo, 156 son médicos, 29 profesionales de enfermería y 3 psicólogos clínicos. La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ya afirmó que la objeción de conciencia entre los médicos no supone "un problema" a la hora de garantizar la prestación al ser una cifra "muy baja". El Departamento de Salud ha creado un registro de profesionales de la Medicina, Enfermería, Psicología Clínica y Farmacia que declaren su objeción de conciencia a realizar la prestación de la ayuda para morir, en el que se inscriben sus declaraciones.

Al revés, la consejera resaltó la "positiva" acogida que ha tenido la Ley de Eutanasia por parte de los profesionales del ámbito sanitario. En torno a 5.000 profesionales han recibido formación en relación los procedimientos, los protocolos de actuación y el manual de buenas prácticas en la prestación de ayuda para morir. 

En los primeros seis meses desde la entrada en vigor, de la Ley estatal, Euskadi ha recibido un total de 34 solicitudes de eutanasia de las que 13 ya han sido atendidas y ocho personas han fallecido antes de iniciar su procedimiento. De las restantes, 12 se encuentran en diferentes fases del proceso y sólo 1 ha sido denegada. De las trece muertes asistidas que ha practicado Osakidetza, ocho se realizaron en el propio domicilio del paciente y las otros cinco en el centro hospitalario a enfermos con una patología crónica invalidante y pacientes con patologías terminales. El tiempo medio para acogerse a la ayuda médica para morir es de unos 41 días entre la primera petición y la práctica de la muerte digna.

La Comunidad vasca fue la primera en aplicar la eutanasia a una paciente en menos de un mes desde la entrada en vigor de la Ley y es que el mismo día de implantarse entraron solicitudes debido a que "había gente esperando a su aprobación para poder solicitar la prestación" para finalizar su vida. El procedimiento para demandar la eutanasia comienza con una demanda explícita del paciente quien tiene que tener "suficiente capacidad cognitiva para tomar la decisión" o haber expresado su intención previamente mediante un documento de voluntades anticipadas.

Un requisito que excluye a colectivos como personas con discapacidad y gente que ha sufrido un accidente de coche o personas con demencia y trastornos mentales que no han expresado su voluntades previamente.

La ayuda médica para morir puede ser solicitada por enfermedad grave e incurable, con pronóstico de vida limitado y en un contexto de deterioro progresivo y por padecimiento grave, crónico e imposibilitante; es decir, una gran discapacidad, con deterioro de la autonomía física, imposibilidad de valerse por sí mismo o pérdida de la capacidad de expresión o relación. Las demandas tiene que estar certificadas por el médico responsable, cuando provoquen un sufrimiento físico o mental que la persona considere inaceptable y que no haya podido ser mitigado por otros medios.