Sociedad

Mujeres con hijos a cargo y hombres solos de Sudán: cambio en el perfil de los migrantes de Irun

El año pasado más de 6.000 personas fueron atendidas en la frontera de Irun con Francia por la Cruz Roja, un 20% menos que el año anterior

20 marzo, 2023 05:00

En 2022, 6.253 personas fueron atendidas en la frontera de Irun con Francia. Según datos de la Cruz Roja, esto supone 1.250 personas menos que el año anterior. La mayoría de ellas eran hombres pero se observa también un ligero repunte de mujeres con hijos a su cargo que llegan a esta localidad vasca con intención de acceder a países del centro-norte de Europa. Personas que con el objetivo de lograr una nueva vida se juegan la suya a diario, llegando incluso a ser devueltos por las autoridades francesas numerosas veces un mismo día. 

Detrás de la bajada de migrantes que llegan a este municipio fronterizo con intención de cruzar a Francia están según Nahia Díaz de Corcuera, responsable autonómica de programas de asilo y atención humanitaria de Cruz Roja, “los datos de entrada que se han registrado en los puertos marítimos o en las comunidades autónomas de Ceuta y Melilla; lugares que han registrado un descenso superior incluso a este 20% registrado aquí”. 

El primer trimestre del año fue el de mayor flujo, con una media de 850 llegadas mensuales, mientras la asistencia se redujo a lo largo del año prácticamente a la mitad. Esto “no es una cuestión de meses… Aquí influyen principalmente las condiciones climatológicas y de la propia mar, que condicionan la manera en la que las personas puedan adentrarse en el viaje a través de la patera”, explica. 

Además, según Díaz de Corcuera, desde finales de 2018 los recursos de acogida en esos puntos han incrementado su capacidad, y por tanto estas personas no hacen de manera inmediata ese tránsito hacia los países del norte y centro Europa, sino que tras su llegada hacen un proceso de restablecimiento de tres, cuatro o seis meses hasta retomar el viaje y afrontar la travesía con mayor fortaleza tanto física como emocional”. 

Un grupo de migrantes en Irun./ EFE

Un grupo de migrantes en Irun./ EFE

 

Hombres solos y mujeres con hijos a cargo

Si bien cada persona que llega a Irun cumple con un perfil y condición diferente, desde Cruz Roja destacan el aumento de mujeres, ya que de los 6.253, 1.063 eran mujeres y de ellas un 50% viajaba con menores a su cargo. Tanto es así que del total de personas atendidas en 2022, en el centro de la Cruz Roja de Irún -que cuenta con 100 plazas disponibles- el 78% eran hombres, el 17% mujeres y el 5% eran menores.

La edad media de los usuarios es de 24 años en hombres adultos y 27 en las mujeres adultas; mientras que los menores rondan los 4 años en el caso de los chicos y 5 años en el de las chicas. Y en cuanto a la procedencia, el 37% procedían de Guinea Conakry y el 25% de Costa de Marfil, seguidos de Sudán, un 9%, Mali, un 8% y Senegal 5%. Precisamente, destaca la responsable de Cruz Roja, la llegada de hombres de Sudán ha sido un elemento diferenciador este último año: "Si bien el puerto de Canarias sigue siendo la entrada principal para estas personas, ha crecido considerablemente el número de personas, todos ellos hombres solos de Sudán, que entran por Ceuta y Melilla.

Aunque incide en que cada persona que llega a Irun demanda necesidades diferentes -variando además de su lugar de origen, género y edad-, asegura que la mayoría de ellos señalan la inseguridad e insostenibilidad como las causas principales por las que decidieron abandonar su país de origen. Y enumera otras, como cuestiones económicas y problemas derivados de su orientación sexual

Y aclara que el trabajo de Cruz Roja en esta localidad fronteriza ha estado enfocado siempre a la necesidad presente que manifiestan las personas migrantes que llegan a la calle Hilanderas de Irun. Demandas que variaban en función de la época del año de la llegada o de la edad y procedencia de cada persona. Aunque confiesa: “Lo que ponen en mayor valor es la predisposición de los equipos para poder asistirlos desde la gratuidad y la cercanía. Poder verse apoyados en su viaje, el calor humano”.

Atención individualizada los 365 días del año

El trabajo de Cruz Roja en Irun inició en junio de 2018 y aunque Díaz de Corcuera insiste en que se han ido “adaptando las respuestas a las necesidades que han ido surgiendo; en este momento la principal característica es la capacidad de respuesta durante 24 horas los 365 día del año”. Así, las personas pueden “entrar y salir en cualquier momento del centro de migrantes porque hay personal técnico, además de voluntario, todos los días del año”.  

“Allí lo que hacemos es prestar toda la asistencia social para que puedan hacer ese proceso de restablecimiento físico y de contacto dándoles todo lo necesario. Desde la cobertura de alojamiento y manutención a la posibilidad de conexión wifi y recarga de sus terminales móviles”, explica. 

En el caso de las mujeres con menores -que de media pasan unos tres días en el centro-, “se les reserva, dentro del espacio de alojamiento para la pernocta, un espacio delimitado en el que se asegura el descanso de los niños y la intimidad para las madres. Espacio seguro para que los menores estén jugando y hagan su vida como niños”. 

Detalla que es también fundamental la identificación de los perfiles vulnerables y de las necesidades de atención urgentes, cuestiones sanitarias o de medicación que no lleven consigo y facilitarles, “atención individualizada, ofreciéndoles todos los recursos de acogida que tiene la red estatal para que si lo valorasen retomasen un itinerario de integración en el Estado”. 

Son ya nueve las personas que han fallecido en los últimos dos años al intentar cruzar la frontera por el río Bidasoa./Ertzaina

Son ya nueve las personas que han fallecido en los últimos dos años al intentar cruzar la frontera por el río Bidasoa./Ertzaina

Nueve muertos en dos años

En esta localidad fronteriza, son ya nueve las personas que han fallecido en los últimos dos años al intentar cruzar la frontera por el río Bidasoa. Desde este organismo trabajan también en la prevención. Por ello, a su llegada al centro se les da una serie de recomendaciones, se les informa de sus derechos fundamentales y sobre cuáles pueden ser las situaciones de riesgo que pueden encontrarse a lo largo de todo el proceso migratorio. “Para que cualquier decisión que tomen sea de manera consciente, meditada y con toda la información en su saber”, explica la responsable autonómica de programas de asilo y atención humanitaria de Cruz Roja. 

Y, aunque tal y como confiesa, “son pocos casos, porque estas personas proceden de unos recursos de acogida en los que ya han sido informados de todo; sí que es verdad que, después de esto, hay personas que nos manifiestan que están cansados y que tienen la necesidad de iniciar una proceso de restablecimiento".