Imanol Alguacil celebró de esta manera la Copa del Rey conseguida por la Real ante el Athletic en 2021.

Imanol Alguacil celebró de esta manera la Copa del Rey conseguida por la Real ante el Athletic en 2021. RFEF

Sociedad

La vida de Imanol Alguacil: de trabajar en una empresa de mensajería a liderar a la Real Sociedad por Europa

El guipuzcoano compaginaba su trabajo como comercial dirigiendo al equipo cadete del Orioko, su localidad natal, un paso que jamás pensó que le permitiría ser, a día de hoy, el cuarto técnico con más partidos dirigidos en la historia del club y con el que ganó una Copa del Rey en 2021

13 enero, 2024 05:00

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Imanol Alguacil se marchó de la Real Sociedad en verano del año 1998 con cierta angustia dirección Villarreal. El oriotarra decía de esta manera adiós al equipo de su vida, al que le acogió desde adolescente y el que le dio la oportunidad de jugar en Primera División durante ocho temporadas. Con la irrupción de algunos jóvenes talentos de la escuadra donostiarra, decidió cambiar de aires, darle un giro de 180 grados y volar hasta Castellón para defender la elástica del submarino amarillo. Después, tres pasos fugaces por Jaén, Cartagena y Burgos e Imanol decidió colgar las botas con sólo 31 años y volver a su Orio natal.

En 2003, volvió junto a su familia a Orio y comenzó su andadura laboral como comercial y, poco después, decidió montar una empresa de mensajería

Su forma de ser siempre ha sido la misma, la de una persona luchadora, entregada y muy trabajadora con cada cosa que tiene por delante. Lo fue como jugador. Jugaba como lateral, pero en ocasiones también lo hacía en el centro del campo e incluso en alguna ocasión como atacante. No era el más hábil, ni el más rápido, ni tampoco el que más clase tenía de la plantilla, pero sí era uno de los que más se esforzaba, algo que cada entrenador que tuvo supo valorar. Si hay algo que a Imanol no le ha faltado jamás, es dedicación a su trabajo. Siempre ha tenido una segunda opción si la primera no ha cuajado.

Imanol, en su etapa en el Villarreal, trata de blocar el disparo del jugador del Barcelona, Pep Guardiola.

Imanol, en su etapa en el Villarreal, trata de blocar el disparo del jugador del Barcelona, Pep Guardiola. EFE

Así fue como empezó todo tras su retirada del fútbol en 2003. Una vez que volvió junto a su familia a Orio, Imanol comenzó su andadura laboral como comercial y, poco después, decidió montar una empresa de mensajería. Mientras, le dedicaba una parte de su tiempo al fútbol, entrenando al equipo cadete de su Orioko. La intensidad que ponían sus chavales en cada partido, y la pasión que desprendían en cada acción llamó la atención del Zarautz, donde se hizo cargo del equipo juvenil. En ese momento fue cuando se dio cuenta de que debía terminar sus cursos como técnico.

Imanol, durante su etapa como entrenador del equipo cadete del Orioko.

Imanol, durante su etapa como entrenador del equipo cadete del Orioko. Orioko FT

Aquella plantilla finalizó entre los mejores de su categoría y recibió la llamada de su querida Real Sociedad. Comenzó, como en su antiguo equipo, en el juvenil, como primer técnico. En aquel momento, el conjunto donostiarra se clasificó para la Champions League, después de finalizar con el francés Philippe Montanier en una meritoria cuarta posición. Imanol, por su parte, progresó de manera adecuada y tuvo su premio ascendiendo como segundo técnico del Sanse, junto a Asier Santana. Ese mismo año, en 2014, los malos resultados provocaron la destitución de Jagoba Arrasate y llegó la oportunidad del oriotarra al frente del primer equipo. Una evolución meteórica en un abrir y cerrar de ojos. Lo hizo, eso sí, como segundo técnico, en un único duelo ante el Atlético de Madrid. Dirigió el equipo mientras que la Real cerraba la contratación de David Moyes. La Real, en aquel encuentro, venció por 2-1.

El debut de Imanol en el primer equipo fue en 2014 como segundo técnico ante el Atlético de Madrid. La Real venció 2-1.

Tuvieron que pasar tres años hasta que aquel educado y tímido entrenador dispusiera de una nueva oportunidad al frente del primer equipo. Después de dejar al filial txuri-urdin en fase de ascenso a Segunda División, Imanol suplió a Eusebio Sacristán. En sus nueve partidos, la Real finalizó en mitad de tabla. Durante ese tiempo, dejó detalles que el presidente, Jokin Aperribay, captó con atención. Por ello, le dio el puesto de forma definitiva en diciembre de 2018. A partir de este momento, la historia de la Real Sociedad y del técnico cambiaron por completo.

Imanol Alguacil -cuarto por la izquierda en la foto- durante una pretemporada con la Real Sociedad B.

Imanol Alguacil -cuarto por la izquierda en la foto- durante una pretemporada con la Real Sociedad B. Real Sociedad

Éxito inmediato

La trayectoria de la Real Sociedad pasó de un mar de dudas y de inestabilidad, a pelear cada año por entrar en competiciones europeas. La intensidad y la perfección que buscaba el oriotarra se plasmaron en cada uno de sus jugadores desde el primer día que entró en el vestuario. Desde entonces, el cuadro txuri-urdin ha encadenado cuatro años consecutivos entre los seis mejores de La Liga y se proclamó vencedor de la Copa del Rey en el año 2021 ante su máximo rival histórico, el Athletic Club. La Real, de esta manera, puso fin a una sequía de 34 años consecutivos sin ganar un título.

"Comencé en el Orioko sin ningún afán de nada más que de enseñar y transmitir lo que sabía a los chavales del pueblo"

Imanol Alguacil, entrenador de la Real

Hoy, con 257 partidos dirigidos, es el cuarto técnico con más encuentros en la historia del club y el segundo con mejor porcentaje de victorias, tan sólo por detrás de un Alberto Ormaetxea que catapultó a aquella Real Sociedad de los años 80 a ganar dos ligas y una Supercopa de España. Echando la vista atrás, el propio Imanol reconoce que comenzó aquella andadura en el Orioko "sin ningún afán de nada más que de enseñar y transmitir lo que sabía a los chavales del pueblo". Una ética, una moral y una humildad -hasta hace dos años seguía viviendo en su bloque de pisos en Orio- que le han convertido en un icono de la parroquia donostiarra y que le hará vivir, 20 años después, unos octavos de final de la Champions League. Todo esfuerzo tiene su recompensa.