Este es el restaurante vasco que enamoró a Griezmann: excelente cocina y una bodega envidiable

El País Vasco, con sus paisajes escarpados y su costa salvaje, cautiva a cada visitante que se aventura en sus dominios. Pero más allá de su belleza natural y sus profundas tradiciones, lo que verdaderamente hechiza a quienes llegan a estas tierras del norte es su exquisita gastronomía. Cada paladar que pisa Euskadi descubre que aquí, la cocina es más que una necesidad: es una forma de arte, una celebración de los sentidos. Si hay un rasgo que distingue a esta región del resto de España, es su inigualable pasión por la buena mesa, una pasión que nace de los productos frescos y de calidad que son la base de cada plato.

En Euskadi, uno puede encontrar numerosos restaurantes que prometen una experiencia culinaria única. Desde los establecimientos más tradicionales y familiares, donde las recetas se han transmitido de generación en generación, hasta los locales más innovadores y modernos, que juegan con los sabores y las técnicas sin perder de vista sus raíces. Todos estos lugares comparten una esencia común: el respeto por la tradición y un compromiso inquebrantable con la calidad. Es esta combinación de autenticidad y creatividad lo que hace que cada comida en el País Vasco sea una experiencia inolvidable.

El restaurante que enamoró a Griezmann, cocina tradicional y más de 4.000 vinos

Entre los numerosos templos gastronómicos de San Sebastián (Donostia), destaca con luz propia el Restaurante Rekondo. Este restaurante no es solo un lugar para comer, sino el sueño hecho realidad de una vida dedicada a la pasión por la cocina y el buen vino. "Rekondo es el sueño hecho realidad. El fruto de muchos años de lucha en los que la ilusión y el trabajo han sido nuestros principales compañeros de viaje". Abrió sus puertas por primera vez en 1964 y, seis décadas después, continúa acogiendo a comensales que buscan una experiencia culinaria excepcional. Lo que comenzó como un modesto negocio que solo servía sidra, ha evolucionado hasta convertirse en una de las mejores bodegas del mundo, con más de 4.000 referencias de vino que armonizan perfectamente con la cocina clásica del chef Iñaki Arrieta, decorada con una policromía de flores y frutas, según describe Guía Repsol.

El secreto del éxito de Rekondo radica en su devoción por el producto, la piedra angular de la buena cocina. Cada ingrediente es seleccionado meticulosamente por un equipo que entiende que la calidad de la materia prima es fundamental para crear platos que deleiten los sentidos. En las cocinas de Rekondo, el producto es el protagonista indiscutible, el alma de cada creación culinaria que nos transporta al origen mismo de la cultura del buen comer del País Vasco.

A este ingrediente esencial se le suman las manos hábiles y la tradición del chef Iñaki Arrieta, cuyas creaciones se mantienen en la carta a lo largo de los años, resistiendo el paso del tiempo. Entre los platos más emblemáticos se encuentran las alcachofas con holandesa, foie, trufa y galleta de tapioca, "un clásico de invierno" que lleva 15 años deleitando a los comensales, así como los grandes clásicos de la casa: el arroz con almejas, el txangurro al horno y la famosa "merluza Rekondo".

Una joya gatrónomica 

El prestigio de este restaurante atrae a centenares de visitantes, incluidos personajes célebres de diversas disciplinas. Hace apenas tres semanas, un campeón del mundo y actual participante de la Eurocopa 2024, el francés Antoine Griezmann, se sentó a la mesa de Rekondo, como se puede ver en el perfil de Instagram del restaurante. Figuras destacadas, como el futbolista del Atlético de Madrid, no pueden resistirse a los encantos de la cocina de este gran chef.

Y no es para menos. El Restaurante Rekondo ha acumulado numerosos reconocimientos a lo largo de los años, testimonio de su excelencia y dedicación. Entre estos galardones se encuentran dos Soles Repsol, la recomendación en la prestigiosa Guía Michelín, el reconocimiento en la Guía Macarfi y el título de Restaurante Guru en 2019 y 2020, entre otros. Estos honores confirman que esta joya gastronómica es uno de los lugares más emblemáticos de Euskadi, un verdadero santuario para los amantes de la buena comida y el buen vino.

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