Las víctimas de la DANA en Valencia

Esta semana han pasado muchas cosas interesantes en la política española. Por ejemplo, Junts rompía con Pedro Sánchez. O el propio Sánchez iba a la comisión del caso Koldo-Ábalos-Cerdán en el Senado.

También en Euskadi se presentaban las líneas maestras de los Presupuestos de 2026. Además, hemos contado algunas informaciones exclusivas como la del último parque eólico que se ha tumbado en Bizkaia.

Todo ello palidece y queda en nada, y me permitirán esta licencia pese a la distancia, porque toca hablar de las víctimas de la DANA en Valencia al cumplirse un año de lo que ocurrió.

Ha pasado un año y algunas sensaciones continúan iguales. Sigue ahí la sensación de cómo ha podido pasar tanto tiempo con Carlos Mazón todavía en el puesto de presidente de la Generalitat valenciana sin irse a su casa, teniendo en cuenta lo que sabemos que hizo ese día.

Un mes desde la gran tragedia de la DANA en Valencia con la que Euskadi se volcó

Muchas víctimas de la DANA que hemos visto y escuchado estos días sienten que España ha sido casi un estado fallido, porque todavía no llegan algunas ayudas para reconstruir sus viviendas.

Hablamos de una tragedia terrible, con 230 compatriotas muertos, nada menos, en la que hubo errores groseros en la previsión, en la planificación y también en la gestión posterior por parte de la diferentes administraciones.

Recuerdo muchos estos días el tremendo vídeo de la conferencia del escritor Santiago Posteguillo en el Senado, un mes después de la tragedia, cuando explicaba lo que él, como vecino de la zona, había vivido. Hablaba de la crueldad de no haber avisado de lo que venía y de la crueldad de cómo se había gestionado después.

Esa sensación, repito, de estado fallido que se ha vivido en Valencia y que de alguna manera hemos sentido todos está por encima de las habituales cuitas política de la política nacional o la política vasca o de los asuntos económicos y empresariales que solemos tratar en Crónica Vasca.

Toca recordar a las víctimas de la DANA. Toca trabajar para ayudar a quienes no han cobrado las ayudas. Y toca hablar de ello para que las administraciones impidan que algo tan terrible pueda volver a suceder.

La ayuda de Euskadi a la DANA, en fotos

Los representantes públicos deberían tomar nota de lo que pasó y trabajar para que no pueda ocurrir otra vez. La emoción nos embarga cuando pensamos en todos esos compatriotas que perdieron la vida y en todas esas personas que perdieron sus casas y, de alguna manera, lo perdieron todo.

Y, por todo ello, enviamos un abrazo solidario a todas las víctimas de la DANA un año después.