Míriam Nogueras y una legislatura amenazada por la amnistía

Lamentable episodio, otro más, en el Congreso de los Diputados. Nos referimos, claro está, a la votación de la Ley de Amnistía de esta semana que naufragó con los votos en contra de Junts, el partido de Carles Puigdemont que exigió esta medida de gracia para respaldar la investidura de Pedro Sánchez. 

El continuo chantaje de los independentistas catalanes se personificó como nunca con la ruidosa intervención de su portavoz, Míriam Nogueras, que no dudó en volver a arremeter contra los jueces, en particular, y contra la democracia española, en general, mientras reclamaba más cesiones al Ejecutivo. Un discurso trufado de exabruptos y una actitud política irresponsable que no favorecen nada a la convivencia, que restan sentido a la propia amnistía -tremendo ver al PSOE votando a favor y a Junts en contra- y que, sobre todo, dejan la legislatura recién nacida al borde del precipicio. 

Esta situación es mala para toda España y, por ende, para Euskadi. Porque la parálisis institucional amenaza, entre otras cosas, a los compromisos adquiridos por los partidos vascos. Esta misma semana se nos anunciaba que PNV y PSOE ultiman el traspaso de tres competencias pendientes. Y se enviaba el mensaje de que las obras del TAV están más cerca de su final. 

Se trata de promesas e inversiones que en buena medida dependen de que el Gobierno central pueda gobernar de forma estable. El problema es que, visto lo visto, con estos socios la estabilidad es una quimera.