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Los incidentes violentos protagonizados el pasado domingo en Vitoria por la Falange Española y jóvenes abertzales radicales ha puesto de manifiesto la imposibilidad de, al menos en aquella ocasión, garantizar la seguridad en las calles de la capital vasca.

Una realidad reconocida por el propio consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, quien, al día siguiente de los hechos, compareció ante los medios. "Es evidente que ayer no logramos garantizar la seguridad", aseguró Zupiria. Que el propio consejero reconozca esto, da buena cuenta de la gravedad de la situación porque, en episodios violentos como este, lo primordial es que la seguridad esté garantizada.

Además, los sucesos han vuelto a reabrir el debate sobre el modelo policial de la Ertzaintza. Los sindicatos policiales llevan tiempo reclamando más medios y agentes. Y, en esta ocasión, lo han vuelto a hacer, hasta el punto de pedir el "cese inmediato" de la cúpula de la Ertzaintza. 

Probablemente, este sea un problema de fondo, algo que viene de años atrás y que no se soluciona de un día para otro. Pero la cara política al frente es Bingen Zupiria, quien ha asumido el cargo del departamento y quien, en todo caso, tiene que llevar a cabo los cambios necesarios para que las calles vascas sean seguras en todo momento. 

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