Consuelo Ordóñez y su imparable lucha
La presencia de 44 condenados por pertenencia a ETA —siete de ellos condenados por asesinato— en las listas de EH Bildu para las elecciones del próximo 28 de mayo han marcado el comienzo de la campaña electoral tanto en Euskadi como a nivel nacional.
Una denuncia más que necesaria que llegaba desde el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite), cuya presidenta, Consuelo Ordóñez, ha vivido muy de cerca el terror de ETA, ya que la banda asesinó a su hermano, Gregorio Ordóñez, en 1995.
Gracias a la lucha que realiza Consuelo Ordóñez con su asociación ha conseguido que Bildu recule por la presión a la que se ha visto sometido y anunciase esta misma semana que los siete condenados por asesinato no tomarán sus cargos en caso de que sean elegidos. Aunque para Covite no es una victoria completa porque todavía quedan en las listas 37 personas condenadas por pertenencia a la banda terrorista, sí es un gran paso para lograr que se respete al cien por cien la memoria de las víctimas y a sus familiares.
Han sido unos hechos que, aunque están bajo la legalidad, a la mayoría nos parecen muy poco éticos. Unos hechos que había que poner sobre la mesa y no callar al respecto. Y ha sido una denuncia que no va de siglas políticas. A pesar de que algunos han insinuado que Covite llevó a cabo esta denuncia para favorecer a determinados partidos políticos, Consuelo Ordóñez ya ha dejado claro que Covite es una asociación "no partidista, libre e independiente".
Y queda patente cuando la propia presidenta ha afeado, también al Partido Popular, la “utilización política” de este asunto. En concreto, tilda de “banalización en estado puro” las recientes declaraciones de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien llegó a asegurar que “ETA está viva, está en el poder, vive de nuestro dinero y quiere destruir España”.