Las nóminas y el beneficio empresarial cubren dos tercios del agujero fiscal de los mutualistas
- El aumento de ingresos por las retenciones del trabajo y por Sociedades sostiene a las haciendas vascas en un complicado 2024 por la caída del IVA y las sentencias sobre las mutuas
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Blindada la salud financiera de la instituciones vascas hasta 2027, según el propio lehendakari Imanol Pradales, tras los acuerdos en la comisión mixta con Madrid, puede decirse que en 2024 se ha esquivado la tomenta perfecta para las arcas públicas de Euskadi.
El gran agujero viene a cuenta de las devoluciones a los mutualistas que cotizaron de más antes de 1979 reconocidas por sentencia judicial. Pero a ese roto se suma un contexto no tan boyante para la actividad económica en general, con sombras sobre todo en el apartado industrial y en el lado del consumo que se traduce en un pinchazo claro del IVA.
El principal tributo indirecto fue en los ejercicios postpandemia uno de los pilares de la buena dinámica de las haciendas vascas pero ese combustible se ha agotado en 2024.
Salvo Álava, con un tímido repunte de un punto, el IVA baja hasta noviembre y la caída llega al 4,5% en Bizkaia, a lo que se suman menores ingresos también vía Hidrocarburos.
Más de un millón de nóminas
Y pese a este dibujo delicado, las haciendas vascas van a salvar 2024 con un nuevo récord de ingresos. Cuando dentro de unos días las diputaciones hagan público el saldo a 31 de diciembre se estará lejos del incremento previsto antes de iniciarse el ejercicio, pero no deja de ser llamativo que, con todo, el volumen total de ingresos vaya a superar el de 2023 (18.300 millones de euros, según las estimaciones oficiales, casi 100 millones más).
La compensación se produce principalmente por el crecimiento imparable del empleo. Las mínimas dudas desatadas en verano quedan despejadas con el rebote de otoño, que asegura el colchón del millón de cotizantes a la Seguridad Social y, por la vía de las haciendas, de nóminas que dejan sus retenciones en caja.
Eso explica que los rendimientos que generan los salarios sean el gran sostén en 2024 de los ingresos públicos en Euskadi, con incrementos de casi el 10% en el caso de Gipuzkoa o del 6% en Bizkaia y Álava.
Una ayuda en el momento clave
La que es la parte central del IRPF recauda en conjunto 443 millones de euros más que hasta noviembre de 2023 suavizando la pérdida de fuelle del principal impuesto directo, que pierde en el acumulado del año en torno a un 2% en los tres territorios.
Fuera del impuesto de la renta hay otro elemento importante que sujeta la recaudación. Se trata de Sociedades, que viene mostrando una buena dinámica al calor de los buenos resultados presentados por las grandes compañías que tributan en Euskadi. Una lluvia de beneficios que se arrastra de 2023 y que impacta favorablemente en las arcas públicas en el momento de más necesidad.
Hasta 60 millones de euros más recaudó Bizkaia hasta noviembre, por 17 de Gipuzkoa y otros 14 millones de la hacienda alavesa. Casi 100 millones más que sumados a la mayor aportación de las nóminas cubren más de dos terceras partes de ese agujero de unos 800 millones de euros que, según avanzó el consejero Noël d'Anjou, han generado las sentencias de los mutualistas. Y eso a falta de incluir en la ecuación el dinero de diciembre.
Son dos de los elementos que permiten al Gobierno de Pradales iniciar su andadura con las cuentas saneadas y poder dar forma a unos primeros presupuestos expansivos.
La ampliación de los márgenes para gastar, vía déficit y deuda total (hasta el 13% del PIB, punto y medio más que ahora) hace pensar que el Ejecutivo salva el momento más crítico y tiene el camino libre para ampliar el gasto en los próximos ejercicios de la legislatura.