De izquierda a derecha: Ibon Aperribay, Presidente de SAPA; Ian Davis, Presidente de Rolls-Royce; Ivano Sessa, Bain Capital Management Director; Carlos Alzola, Consejero Director General de ITP Aero; Warren East, Consejero Delegado de Rolls-Royce; Tobias

De izquierda a derecha: Ibon Aperribay, Presidente de SAPA; Ian Davis, Presidente de Rolls-Royce; Ivano Sessa, Bain Capital Management Director; Carlos Alzola, Consejero Director General de ITP Aero; Warren East, Consejero Delegado de Rolls-Royce; Tobias

Empresas

Bain domicilia en Euskadi la sociedad con la que comprará ITP y tiene listo el pacto de socios

El fondo norteamericano tiene preparado el documento legal que reclamaba el Gobierno vasco para asegurar el "arraigo" a la espera de la decisión del Ejecutivo de Urkullu de entrar en el accionariado de la nueva ITP

13 diciembre, 2021 05:00

La firma del pasado mes de septiembre para que el fondo de inversión norteamericano Bain Capital se hiciera con ITP Aero, junto a la empresa guipuzcoana SAPA y JB Capital, más que el final de un proceso fue el primer paso para dar el soporte jurídico al acuerdo que cambie definitivamente de manos a la empresa aeronáutica vasca. Según ha podido confirmar 'Crónica Vasca' de fuentes conocedoras del proceso, se han consolidado dos pasos importantes, por un lado, ya se ha domiciliado en el País Vasco la 'sociedad instrumental' que hará la operación financiera y, por otra parte, se tiene ya ultimado el pacto de socios a la espera de la entrada del Gobierno vasco. Esta herramienta jurídica tiene especial importancia porque da fuerza legal a los compromisos entre los nuevos propietarios de ITP, entre los que está el mantenimiento de la sede en Euskadi, la plantilla y el desarrollo del proyecto industrial, cuestiones exigidas en el proceso por el Ejecutivo de Urkullu

El pasado 27 de septiembre, Bain Capital concluía una primera fase de especial importancia al firmar el acuerdo de la compra con Rolls Royce por el que la compañía británica se desprenderá de ITP Aero por 1.700 millones de euros. La operación debe contar con el visto bueno del Gobierno central que había pedido la nueva propiedad tuviera carácter nacional con presencia de compañías españolas. Tras varias negociaciones e intentos frustrados como el de la ingeniería vasca Sener, Bain incorporó al consorcio a la empresa de la familia Aperribay, SAPA, dedicada a tecnología de defensa y al grupo inversor JB Capital. El Gobierno vasco, cuya opinión ha sido de importancia en todo momento para el Ejecutivo de Pedro Sánchez en la operación, reclama que la nueva titularidad mantenga un compromiso con el arraigo en Euskadi y el desarrollo industrial de ITP Aero, y es el que fabricante de componentes de motores de aviación es una de las empresas estratégicas más importantes de Euskadi. 

Tras el acuerdo inicial, hay un plazo hasta el mes de junio de 2022 para conformar la nueva sociedad propietaria de ITP, recoger los compromisos de los socios por escrito, recabar las autorizaciones del Gobierno de España y, entonces, sería cuando Bain Capital tomará el control de la compañía con un nuevo consejo de administración. De momento, ese pacto de socios está listo recogiendo los compromisos señalados y a la espera de que el Gobierno vasco decida como será su entrada. La consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, ha señalado que su deseo entrar en el accionariado con una inversión que le de derecho a tener un representante en el consejo de administración. Fuentes del Ejecutivo vasco han señalado esta misma semana a 'Crónica Vasca' que en este momento prefieren no realizar nuevas valoraciones y que mantienen la decisión, "como hasta ahora, de gestionar las conversaciones desde la discreción". 

Creada la sociedad en Bizkaia para instrumentalizar la compra de ITP

Además, la sociedad desde la que Bain Capital realizará la operación económica ya está creada y domiciliada en Bizkaia. Según explican agentes que participan en la operación, esta figura jurídica será la que solicite el capital al exterior para, desde el País Vasco, realizar las transferencias acordadas entre el fondo norteamericano, su consorcio y Rolls Royce. Desde esa misma sociedad se articulará también el grupo propietario de ITP surgido de toda la operación. No deja de ser una cuestión baladí porque al domiciliar en territorio foral la sociedad, la Hacienda de Bizkaia se beneficiará de la recaudación correspondiente. 

Indra

Lo que sí pierde fuerza es la posibilidad de entrada de nuevos socios en la propiedad de ITP Aero. Aunque la puerta sigue abierta, los avances en el pacto de socios hacen complicada la entrada de otras compañías. Las miradas están pendientes de Indra, pero todo hace indicar que la empresa española participada en un 18% por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y que era la preferida por el Gobierno central para mantener una posición de control en ITP no entrará en la operación en esta fase. Sigue siendo una de las opciones principales, pero tras el rechazo de su consejo de administración a entrar en la operación, las perpsectivas de Industria apuntan a una entrada más adelante, pero no antes de junio. 

Mientras tanto, los contactos entre Bain y Rolls Royce avanzan en el conocimiento detallado de ITP y la relación con sus directivos. El consejero delegado de la aeronaútica, Carlos Alzola, seguirá al frente y para la presidencia, desempeñada ahora por el exministro Josep Piqué, no se plantean alternativas hasta que no esté el proceso avanzado con en nuevo consejo de administración. 

Mercado americano

La operación de compra de Bain Capital sobre ITP Aero abre un escenario de expansión comercial en Estados Unidos para la aeronáutica vasca. Los nuevos propietarios de la compañía apuestan por una revalorización de la empresa gracias a este horizonte que se abre para tratar con nuevos compradores gracias a los acuerdos alcanzados entre el fondo norteamericano y el fabricante británico de motores, Rolls Royce, hasta el mes pasado dueño de ITP Aero. Y es que se recoge la posibilidad de que muchos de los componentes de motores que ITP elabora para Rolls Royce se puedan vender a otros mercados y fabricantes, siempre y cuando no supongan una competencia directa de la firma británica.