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Gamesa, la joya de la corona que resultó ser de cristal

La eólica de Zamudio sigue ahondando en su crisis de rentabilidad y de autonomía con la OPA de Siemens Energy sobre la mesa

21 mayo, 2022 23:50

Hace poco más de 11 años, el primer presidente negro de la historia de los Estados Unidos, Barack Obama, visitó una fábrica de Filadelfia. El viaje del presidente americano se enmarcaba en una estrategia de la Casa Blanca por impulsar la producción de energía renovables para reducir en un tercio las importaciones de hidrocarburos durante esa década. Al entrar en la fábrica de turbinas, Obama mantuvo un encuentro con los empleados de aquella planta y les saludó con una frase muy elocuente: "Vosotros no perdéis el tiempo. Este es el futuro de la energía estadounidense". Aquella fábrica era propiedad de Siemens Gamesa y entonces el 28% de las ventas de aerogeneradores estaba en el mercado americano, donde se había establecido en 2002.

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La joya de la corona de la empresa vasca, once años después de aquella visita de Barack Obama y apenas cinco desde la visita de la reina Isabel II a otra planta de la compañía en Hull (Reino Unido), pone fin a su andadura con una OPA de Siemens Energy después de dejarse 2.324 millones de euros en los últimos 30 meses. La pérdida de rentabilidad en la eólica terrestre y los fallos en la puesta en marcha de la turbina 5.X -pese al rayo de esperanza que pareció abrirse cuando se vendieron algunas para un parque eólico en Burgos a comienzos de este año- habían dejado a la compañía al borde del precipicio: el centro de decisiones se había ido trasladando progresivamente a Madrid, los cambios en la dirección no han conseguido amainar la tormenta perfecta de crisis de suministros, inflación y costes de producción y han hecho que la firma no haya conseguido sobrevivir. De nada ha servido la venta de la promotora de renovables a SSE -que algunos interpretaron como un movimiento para conseguir liquidez- o los intentos por repercutir costes en los clientes. El primer semestre fiscal de la compañía sumó 780 millones de euros en pérdidas y ha sido hasta ahí donde ha llegado la paciencia de los alemanes.

La OPA llega ahora, pero resulta importante entender qué ha pasado antes para llegar hasta aquí. Apenas unos meses después de la visita de Barack Obama a la fábrica de Filadelfia, el lehendakari entonces, Patxi López, visitó la planta de la eólica de Zamudio ubicada en Trenton, en el estado de Nueva Jersey. En esa visita estaba quien entonces era viceconsejero de Industria y Energía, Xabier Garmendia. En conversación con 'Crónica Vasca', el entonces viceconsejero cuenta que cree que desde entonces Gamesa "se ha quedado excéntrica respecto a Alemania". "No ha habido un proceso de I+D, un liderazgo autónomo en esa rama o en otras como la comercial", afirma a preguntas de este periódico. "De ser una filial, la antigua Gamesa se ha convertido en un centro de costes, en un coste de producción. Y cuando esto ocurre, las decisiones empiezan a tomarse con más frialdad, usando exclusivamente la cabeza", afirma el exviceconsejero.

El exlehendakari Patxi López, durante una visita a Estados Unidos / Irekia

El exlehendakari Patxi López, durante una visita a Estados Unidos / Irekia

Ángel Pérez, analista financiero de Renta 4, en su opinión sobre el movimiento de Siemens hace unos días deslizaba que los mercados debieron rumiar algo de la operación el propio martes por la tarde, ya que durante los últimos minutos de sesión en el Ibex 35 la acción de la eólica de Zamudio subió casi un euro de golpe. La operación no era el primer movimiento de Siemens Energy y los rumores venían circulando desde hace meses acompañados de señalamientos explícitos desde Alemania como un lastre para la matriz de la antigua Gamesa, algo que tampoco ha ayudado en el seno de la empresa, con un ambiente de pesimismo instalado desde hace semanas en plantas de la compañía según fuentes consultadas por este periódico.

Siemens Gamesa/ EFE

Siemens Gamesa/ EFE

Optimización de recursos

La guerra en Ucrania, pese al inicial mensaje de optimismo lanzado por Jochen Eickholt, más que una oportunidad en plena reforma del mercado energético se ha convertido en otro bache a la hora de repercutir los costes de contratos cerrados hace dos o tres años. La eólica de Zamudio había negociado estos aspectos con proveedores como ArcelorMittal, pero no han surtido efecto los diálogos entablados con los proveedores, así que la "optimización de recursos" que anunció la compañía en su junta de accionistas, de modo que habrá que ver cuánto de vivo sigue el compromiso de la firma de no recortar plantilla o cerrar plantas.