UGT y CCOO ponen en 'stand-by' su adhesión a las huelgas del jueves y el viernes en Mercedes

Pese a que los sindicatos nacionalistas ya tienen tomada una decisión, el resto del comité de empresa en Mercedes Vitoria impone un compás de espera en torno a las huelgas posteriores a la de este miércoles. UGT, CCOO, PIM y Ekintza no tomarán una decisión sobre los paros convocados por ELA, LAB y ESK para el jueves y el viernes hasta que no escuchen a la dirección, que este martes se va a reunir con los sindicatos. El movimiento de la dirección puede ser la llave que desbloquee, si no el conflicto laboral, sí las huelgas convocadas para esta semana y que tanto daño pueden hacer a la reunión que este miércoles va a mantener el lehendakari Urkullu con la dirección en Stuttgart para convencerla de invertir en la factoría alavesa, la más grande de Euskadi.

Con este movimiento, el equipo directivo de Mercedes cambia de estrategia, ya que inicialmente habían afirmado que no se reunirían con los sindicatos hasta que parasen las huelgas. Sin embargo, el éxito de las tres jornadas de huelga ya realizadas, la convocada para este miércoles mientras Urkullu trata de traer a Vitoria la inversión de 1.230 millones que proyecta el fabricante alemán si se desbloquea el conflicto laboral y las convocatorias ya realizadas por las centrales nacionalistas para el jueves y el viernes han hecho que la dirección mueva ficha y decida sentarse con los sindicatos a escuchar sus demandas e intentar dar con alguna salida que satisfaga a todas las partes implicadas en la negociación colectiva. La flexibilidad, personalizada en el "No a la sexta noche", y el IPC han sido las dos prioridades que los sindicatos han puesto encima de la mesa -antes, por separado y últimamente con algo más de sintonía entre las centrales nacionalistas y el núcleo de UGT, CCOO, PIM y Ekintza- y ahora habrá que ver qué lleva Emilio Titos a un encuentro que puede resultar clave para Mercedes Vitoria.

No obstante, no hay que olvidar que la llegada de este importante impulso financiero para hacer la futura Vito eléctrica -lo que sería una garantía de empleo- va condicionada a que se alcance un acuerdo laboral. Y no ayudaría nada a las palabras del lehendakari que los sindicatos comenzasen otra ronda de tres días de huelga mientras el presidente autonómico trata de interceder con la dirección alemana para que invierta en Euskadi. El Gobierno vasco, de hecho, ya deslizó su preocupación a este respecto el pasado viernes. El encuentro de la dirección podría ser la clave que permita que las palabras de Urkullu surjan efecto o se queden en agua de borrajas si hay huelga en Vitoria.