Se acabaron las negociaciones. El matrimonio entre Orange y MásMóvil ya es una realidad. Las dos operadoras de telefonía han hecho público este sábado que han alcanzado un acuerdo para su fusión. Naranjas y amarillos formarán juntos el mayor operador de telefonía en España, un auténtico gigante de la telefonía que es lo que hace que la operación tenga que pasar por la Comisión Europea.
La fusión entre Orange y MásMóvil contará con la mayor cartera de clientes de líneas móviles y banda ancha en todo el país y estará valorada en algo más de 18.600 millones, de los que unos 10.900 se corresponden a la 'teleco' de Spenger y otros 7.800 a la compañía francesa. Son 1.000 millones menos que los apuntados inicialmente cuando comenzaron las negociaciones. La entidad resultante contará con unos ingresos anuales de alrededor de 7.300 millones de euros y unos beneficios brutos de 2.200 millones. Con ella los dos operadores esperan abordar una importante expansión de sus redes de fibra óptica y 5G. Las dos firmas, además, han identificado 450 millones en posibles sinergias a cuatro años vista.
Al legado de la nueva operadora se le sumará también la deuda de MásMóvil, cercana a los 7.000 millones de euros derivados del fuerte ciclo inversor de la firma de Spenger, en parte relacionada con el crecimiento intencionado del operador de cara a llegar más fuerte a un baile de fusiones con otras compañías como Vodafone o la que finalmente ha sido el socio de MásMóvil: Orange. Los franceses, en cambio, llegaban a esta fusión prácticamente sin deudas.
La transacción viene soportada por un paquete de deuda de 6.600 millones de euros sin recurso al accionista. De ese paquete, 5.850 millones de euros se destinarán, de hecho, a los accionistas de Orange y MásMóvil. El pago a esos accionistas, sin embargo, no mantendrá el mismo equilibrio que el reparto de valoración entre ambas firmas, sino que se encaminará hacia un reequilibrio del valor patrimonial a favor de Orange precisamente porque esta llegaba menos endeudada a la operación. Así el Grupo Orange percibirá 4.200 millones de euros y los accionistas de MásMóvil -fundamentalmente KKR, Cinven y Providence, a falta de algunos inversores vascos más pequeños como los Ybarra o Inveready- 1.850.
El acuerdo alcanzado entre ambos operadores incluye, entre otras opciones, la posibilidad de que Orange tome el control del futuro operador, que es un interés que nunca han ocultados los franceses pero que dejaría a Guuk y a Euskaltel -de la que esta semana se ha hecho pública la venta de parte su red de fibra a un consorcio de empresarios vascos por 580 millones; entre ellos los dueños de la Torre Bizkaia, cuya sociedad propietaria tributa paradójicamente en Madrid- doblemente encapsuladas, siendo firmas de una MásMóvil integrada en Orange.