Empresas

No hay paz para el acero: Arcelor, Tubos Reunidos o Celsa tiemblan por el convenio

Las grandes acerías vascas que deben renovar las condiciones laborales este año no logran avances mientras la demanda en Europa sigue cayendo

17 octubre, 2022 05:00

Corren tiempos difíciles para la negociación colectiva. La inflación ha atrapado a las empresas que deben renovar las condiciones de sus trabajadores este año y, mientras unas logran sacar adelante su convenio en un contexto de gran tensión laboral, caso de Mercedes Vitoria, otras han optado por asumir riesgos y dejar los deberes para la recta final del año. En esta situación están las acerías de Euskadi que no lograron amarrar la paz social a tiempo y que entran ahora en un escenario complicado: a las dificultades que atraviesa el mercado europeo y los altos costes energéticos se une el temor a un aumento de la presión sindical para firmar el convenio.

Aunque cada una vive su coyuntura particular, grandes grupos siderúrgicos como Arcelor Mittal, Celsa (con plantas en Euskadi como Nervacero o la antigua Laminaciones Arregui) o Tubos Reunidos han caído en ese escenario de bloqueo que puede hacer saltar por los aires las relaciones con los sindicatos. La situación no es crítica y hay margen para poder sacar adelante el convenio de aquí a final de año, pero en unos casos el parón del mercado y en otros los cambios organizativos previstos no invitan a pensar en un acuerdo rápido.

El comité de Laminaciones Arregui, ahora Celsa Atlantic, ha iniciado ya paros para intentar forzar un acercamiento con la dirección del grupo catalán, inmerso por su parte en un proceso de reestructuración de la deuda que pasa por una compleja negociación con los fondos acreedores. Una disputa que ha saltado ya a los tribunales y en la que de momento la siderurgia de la familia Rubiralta no logra detener el último plan de los fondos de inversión. De fondo está el rescate aprobado en verano por la Sepi, de más de 500 millones de euros y que requiere un entendimiento con la parte acreedora, que por su parte busca forzar su entrada en la propiedad.

Pendiente de cómo termine el culebrón entre la familia Rubiralta y sus acreedores está también la plantilla de Nervacero, en Portugalete. La acería ha iniciado el otoño a medio gas por el bajón de pedidos y, de manera simultánea a la activación del ERTE, continúan estancadas las conversaciones por el convenio. En el caso de la acería vizcaína, con más de 300 trabajadores, se entremezclan también compromisos salariales pendientes de otros procesos de ajuste anteriores y todo apunta a que, salvo que la situación se reconduzca pronto, la negociación está cerca de precipitarse hacia el conflicto.

Los trabajadores de Tubos Reunidos protestan en Bilbao en una imagen de archivo

Los trabajadores de Tubos Reunidos protestan en Bilbao en una imagen de archivo

Tubos Reunidos, parón por los temporales

Si Tubacex logró dar carpetazo al último conflicto por los despidos hace un año y consolidar con ello la paz social, Tubos Reunidos afronta su reorganización interna, que pasa por reubicar a trabajadores de Sestao y Trapagaran (la antigua Productos Tubulares) en Amurrio y funcionar con una sola acería, con trabajo por delante en el frente laboral. Están en marcha las dos mesas para la renovación de los convenios de Amurrio y de Productos Tubulares, pero sin avances claros.

En el caso del cuartel general del grupo, que rondará los 800 trabajadores con la absorción de operarios de Sestao, la negociación se ha estancado por el asunto de la integración en plantilla fija de temporales con más antigüedad. Se trata de algo más de una veintena de operarios que entraron a la fábrica entre 2010 y 2012, una cuestión sobre la que el comité acaba de realizar una nueva propuesta con vistas a desbloquear la mesa. La compañía que dirige Francisco Irazusta busca un acuerdo a medio plazo, hasta 2025 o 2026, que asegure estabilidad para el nuevo plan estratégico. El fabricante de tubos está sufriendo menos la caída del mercado europeo gracias a la reactivación de muchos proyectos en el ámbito de la energía en EEUU.

En el caso de la antigua Productos Tubulares, que tiene su propio convenio pese a la integración, el debate está más centrado en la subida salarial para este año, la flexibilidad o el trabajo los fines de semana. Aunque los dos convenios están sin renovar desde 2016 y 2017, en cada caso, dirección y sindicatos (UGT, CCOO y LAB) cerraron un pacto en marzo para la actualización de salarios en base al IPC acumulado estos años. Además, la plantilla de la planta vizcaína aprobó antes del verano las mejoras que percibirán las personas que vayan a trabajar a Amurrio a la nueva acería.

Imagen de Arcelor Mittal Sestao, la ACB. / CV

Imagen de Arcelor Mittal Sestao, la ACB. / CV

Incertidumbre en Arcelor Mittal

La multinacional angloindia cuenta también con varios frentes abiertos en el terreno laboral, y de hecho la negociación del acuerdo marco estatal está paralizada tras la secuencia de noticias negativas acumuladas por las plantas del grupo en España. A la parada sin fecha de arranque de la ACB de Sestao se ha sumado este mes la parada de un horno alto en Gijón, el centro neurálgico de Arcelor Mittal en España.

Así las cosas, y ante las grises perspectivas de mercado en Europa de cara a la parte final del año, la multinacional optó ya antes del verano por aplazar las negociaciones del convenio a otoño ante la demanda sindical de alcanzar subidas similares al IPC. Con plantas paradas y otras seleccionando las franjas de producción por los altos costes eléctricos, CCOO, UGT y USO acordaron con la dirección un nuevo ERTE que ha sido rechazado por ELA y LAB. La reunión de esta semana sobre el acuerdo marco no ha registrado avances al insistir la multinacional en que es inasumible incrementar los salarios conforme a la inflación.

No deja de ser curioso que, mientras sí se van desbloqueando ciertos sectores, incluído el Metal alavés, las grandes firmas industriales no estén pudiendo dar con fórmulas que contenten a la parte social. Sidenor logró un acuerdo con la mayoría sindical (CCOO, UGT y USO) en diciembre del pasado año mientras que Aceros Inoxidables Olarra tiene el convenio vigente hasta 2023.