Euskadi accede a la exclusiva e internacional red del MIT de Boston
La Fundación Mubil investigará en movilidad sostenible con centros referentes de todo el mundo y probará soluciones piloto para dar respuesta a los desafíos del territorio
16 abril, 2023 05:00Dicen quienes saben del asunto que la ciudad es uno de los mejores inventos perpetrados por el ser humano. La ciudad nació por instinto y pragmatismo: la necesidad primaria de estar unos con otros y las ventajas que conlleva asociarse dentro de un mismo espacio. Sin embargo, su evolución trajo problemas. Hoy en día, las zonas urbanas emiten el 70% del dióxido de carbono del mundo. Por eso, organizaciones y especialistas de todo el planeta se han puesto manos a la obra para cambiar la manera de diseñar y gestionar las urbes. Para que se conviertan en centro de las soluciones al calentamiento global y el desarrollo depredador. Un desafío descomunal en el que Gipuzkoa, y por ende Euskadi, acaba de ponerse en primerísima fila.
Lo ha hecho gracias a la Fundación Mubil, centro de movilidad inteligente y sostenible ubicado en Tolosa y en cuyo patronato están la Diputación de Gipuzkoa y el Ente Vasco de Energía. Esta organización ha marcado un gran hito: incorporarse al City Science Network del célebre MIT de Boston (Instituto Tecnológico de Massachusetts). Se trata de una red formada por instituciones, investigadores, ciudades y regiones que quieren hacer posibles comunidades más habitables, equitativas y resilientes a través de laboratorios locales de investigación. Es colaborativa, internacional y muy exclusiva, pues junto con Gipuzkoa solo forman parte de ella Shanghái, Helsinki, Toronto, Taipei, Hamburgo, Guadalajara (México), Andorra, Ho Chi Minh y Concepción (Chile).
La entrada al City Science Network se ha hecho efectiva con la firma de un acuerdo de colaboración escenificada en Boston. El convenio asciende a 1,2 millones de euros, tiene una vigencia de tres años renovables y trae mucha miga. Por un lado, permite cooperar con centros referentes en el asunto y acceder a todas las capacidades investigadoras, de conocimiento y tecnológicas del MIT. Por otro, supone la creación del City Science Lab Gipuzkoa, lo que hará del territorio un laboratorio de innovación para la puesta en marcha de proyectos de movilidad, la especialidad de Mubil.
Todo ello permitirá a Gipuzkoa y Euskadi probar soluciones y pilotos únicos en entornos reales que den respuesta a los desafíos de la ciudadanía, con el consiguiente impulso para el desarrollo e investigación de nuevos modelos de movilidad en el territorio. “Estamos ante una gran oportunidad para aprender y generar conocimiento. El trabajo en red y el aprendizaje mutuo abre un horizonte de posibilidades enormes. Además, hablamos de una red internacional con un alto grado de innovación en las tecnologías más punteras y una metodología de trabajo única”, subraya Ane Insausti, directora general de la Fundación Mubil.
Complicidad a primera vista
Las dos partes tienen ganas de arrancar: este acuerdo ha llegado, en realidad, tras una satisfactoria experiencia previa de colaboración. Gracias a la labor intermediaria de la escuela de ingeniería de la Universidad de Navarra, el año pasado Mubil y el MIT Media Lab organizaron la jornada ReImagining Mobility. Insausti recuerda que “la conexión fue muy buena desde el principio”. De hecho, ahí fue cuando la institución estadounidense detectó el potencial de la Fundación y las condiciones de Gipuzkoa para pasar a formar parte de su red internacional.
En el listado de puntos fuertes desgranado por el MIT aparecen: sólidas capacidades en I+D; vocación por la innovación y la experimentación impulsada desde la esfera pública y en estrecha vinculación con el sector privado, los centros de conocimiento y la ciudadanía; gran aceptación del transporte público; una presencia cada vez mayor de vehículos eléctricos o híbridos entre las flotas de transportes; y transición hacia el uso de medios de transporte blandos como la bicicleta, que ha ido ganando terreno frente a otros medios de transporte.
48.000 metros cuadrados llenos de innovación
Esos mismos pilares son los que empujaron a la creación de la Fundación Mubil en mayo de 2019. De entonces a ahora, han pasado unas cuantas cosas. Insausti destaca “la inauguración de las primeras instalaciones en febrero de 2021” en Tolosa. Allí hay un laboratorio de almacenamiento de energía, gestionado por Cidetec, y servicio de testing y validación de baterías. Eso sí, lo mejor está por venir: el complejo de Zubieta-San Sebastián. “En estos momentos nos encontramos en plenas obras de lo que serán las instalaciones definitivas de Mubil y donde se ampliarán las capacidades actuales”, explica la directora.
El resultado final será un polo con un edificio central de 10.000 metros cuadrados más otros 38.000 anexos abiertos a iniciativas públicas y privadas. La idea es trasladarse para primavera de 2024 y hacer camino con grandes compañeros de aventuras. Desde finales del año pasado, se han ido dando a conocer iniciativas de fuerte inversión público-privada que integrarán el Polo Mubil. Detrás están los centros tecnológicos Tecnalia, CEIT, Vicomtech y Cidetec.
Tecnalia destinará 9,9 millones a cuatro laboratorios con los que sacar chispas al hidrógeno, eterna promesa de los combustibles alternativos. CEIT pondrá en marcha un proyecto de nombre Magma: 2,23 millones volcados en el ecodiseño de motores eléctricos. Vicomtech gestionará una zona para la movilidad conectada, cooperativa y automatizada. Y Cidetec trasladará a Zubieta su sede de almacenamiento, duplicando espacio en laboratorios y personas con una inversión que superará los 18 millones.
Tras “cuatro años desplegando estrategia y aunando esfuerzos”, Mubil está listo para cumplir con la misión encomendada. Suena ambiciosa, aunque puede que no tanto desde la entrada en el MIT: “hacer de Gipuzkoa y Euskadi actores relevantes en el ámbito de la movilidad inteligente y sostenible a nivel internacional”.