Fernando Reinares.

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Política

Euskadi tiene dos comunidades musulmanas con “notable” presencia salafista

Reinares se pronunció así durante su reciente intervención como experto en la comisión del Congreso creada para investigar los atentados de Barcelona y Cambrils de 2017

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“En el País Vasco hay solamente dos comunidades musulmanas de las que podamos afirmar que la presencia salafista es notable”. Esta advertencia fue hecha el pasado 25 de marzo en el Congreso de los Diputados por el experto en terrorismo Fernando Reinares, investigador y exdirector del Programa sobre Radicalización Violenta y Terrorismo Global en el Real Instituto Elcano.

Reinares se pronunció así durante su reciente intervención como experto en la comisión del Congreso creada para investigar los atentados de Barcelona y Cambrils de 2017. Y a preguntas del diputado de Bildu, Jon Iñarritu, aportó estos datos sobre el riesgo de radicalización que sufren algunas comunidades islámicas en España.

La situación en Euskadi dista mucho de lo que ocurre en otros territorios, especialmente en Cataluña, donde una tercera parte de las comunidades islámicas están dominadas por salafistas y donde la presencia de perfiles radicales y violentos representa “un porcentaje muy considerable”.

Reinares explicó a los diputados que la relación entre salafismo y yihadismo es ambivalente. “El yihadismo es una versión violenta del salafismo. Hay muchos salafistas pietistas que rechazan la visión violenta del salafismo, pero no es menos cierto que cuando vemos lo que ha ocurrido en Europa Occidental en los últimos veinte años, la presencia en células y redes yihadistas de individuos que antes de pasar al salafismo yihadista eran salafistas, es extraordinaria”.

En su exposición, destacó también que, en los últimos años, el Estado Islámico ha conseguido reforzar extraordinariamente el perfil y la amenaza que suponen algunas de sus extensiones territoriales, muy activas en la zona del África subsahariana.

Y en paralelo, Al-Qaeda ha vuelto a adquirir una relevancia que no tenía antes del retorno de los talibanes a Afganistán. Todo, en un contexto en el que vuelve a reproducirse la actividad de “doctrinarios salafistas y emprendedores yihadistas en el ámbito europeo occidental”.

Regulación de las comunidades islámicas

Reinares está especializado en el estudio del terrorismo y la radicalización violenta. Y entre sus recomendaciones, citó la necesidad de seguir regularizando la actividad de las comunidades musulmanas ya asentadas en España para analizar su evolución y evitar errores del pasado. Como el hecho de que, en 2004, antes de los atentados del 11M, España no supiera ni cuántas mezquitas había en su territorio.

“Cuando digo regulación estoy utilizando el término en un sentido lato, referido, por ejemplo, a mecanismos que permiten hacer aflorar estas comunidades y facilitar su supervivencia, como se puso de relieve durante un tiempo a cambio de algunas subvenciones para adecentar los lugares de culto y otras iniciativas semejantes”, explicó.

“Pero creo que hoy en día en el ámbito de la sociedad y de las instituciones todavía hay un gran desconocimiento acerca de las distintas facciones, corrientes y escuelas que existen dentro del Islam, y a menudo se confunde lo que es el salafismo con lo que son otras cosas o se ignora que, típicamente, para un salafista democracia es pecado, cuando nuestros interlocutores, como ciudadanos de un país democrático en el seno de las comunidades musulmanas, deberían ser preferentemente quienes considerasen que ser musulmán y ciudadano en un país democrático es completamente compatible”.

El riesgo de la segunda generación

La regulación debe ayudar a frenar a tiempo a los predicadores cuyas doctrinas sean radicales y puedan tener una enorme impronta sobre la población más jóvenes. Las llamadas “segundas generaciones” que son, a su juicio, las “más vulnerables” a la radicalización por “los agravios derivados de esas tensiones de identidad”.

“En el seno de las comunidades musulmanas todavía siguen existiendo esos círculos en los que se considera, porque hay predicadores salafistas que así lo aconsejan a las familias o a quienes vienen a pedirles asesoramiento, que un buen musulmán no debe acudir a las autoridades infieles de un país infiel para acusar o denunciar a otro hermano", aseguró el experto.

Y agregó que "aplican una concepción de la lealtad que antepone su entendimiento de lo que debe ser la relación entre creyentes, en este caso dentro del salafismo, a la lealtad que una persona, sea musulmán o no, debe al país democrático al que pertenece como ciudadano o en el que reside”.