El juez vasco que se forró con las empresas en quiebra vuelve a Euskadi
El magistrado Edorta Etxarandio ha logrado una plaza para la Audiencia de Gipuzkoa, en materia mercantil, de la que especialista
12 junio, 2023 05:00El juez vasco que durante ocho años se forró con la administración de empresas en quiebra ha vuelto a Euskadi tras dos intentos infructuosos. El magistrado Edorta Etxarandio ha logrado una plaza para la Audiencia de Gipuzkoa, en materia mercantil, de la que especialista, tras permanecer los últimos seis años en la Audiencia de Navarra.
Etxarandio ya intentó en 2020 acceder al máximo puesto de los jueces en Euskadi, la presidencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, pero no logró su propósito y, entre los seis aspirantes presentados, el puesto recayó en Iñaki Subijana. Entonces, el propósito de Etxarandio de presentarse ya causó estupor en medios judiciales vascos por sus antecedentes en el paso a la empresa privada.
El Consejo General del Poder Judicial (el máximo órgano de los jueces en España) ya reprendió hace tres años la actitud del juez Edorta Etxarandio que intentó silenciar la difusión de sus negocios privados. El magistrado se quejó ante la entonces presidenta en funciones del Superior vasco, Garbiñe Biurrun, por el hecho de que se difundiese un artículo de este blog en el resumen de prensa del Consejo General del Poder Judicial.
El artículo fue publicado el 20 de septiembre de 2020 y recogido dos días después por el portal digital la haine.org. En la información, se contaba cómo Etxarandio se forró con el negocio de la administración concursal, porque al comenzar la crisis, en 2008, dejó la carrera judicial y durante ocho años (de 2008 a 2016) pasó al ámbito privado como administrador concursal, un negocio que en esos años estaba al alza por la recesión iniciada precisamente en 2008. Únicamente entre 2009 y 2013 se llevó la administración de 68 concursos y era el sexto administrador de toda España entre un listado de más de 9.000.
Y es que la historia de Edorta Etxarandio se asemeja demasiado a las famosas puertas giratorias. Tras una década como abogado, entró en la carrera judicial en 1994 a través del denominado sistema de turnos. Un modelo, implantado por el entonces Gobierno del PSOE liderado por Felipe González, que evitaba las oposiciones y que se justificó por la renovación de un colectivo de jueces considerado entonces excesivamente girados a la derecha. Se buscaba ampliar el espectro ideológico pero el método supuso, a la vez, según medios judiciales, que cada partido tuviera sus cuotas de jueces.
A Etxarandio se le asocia a la cuota del PNV. Él es nacionalista, según sus conocidos, y de hecho cambió sus apellidos: el abogado Edorta Josu Herrera Echarandio se convirtió en el juez Edorta Josu Etxarandio Herrera. Fue juez en Amurrio, Bilbao, en la Audiencia de Bizkaia y magistrado titular del Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Bilbao (2006-2008).
Durante su carrera en este juzgado de lo mercantil se encargó de grandes asuntos, como la pugna entre los gigantes eléctricos Iberdrola y EDF, que falló a favor del primero, la quiebra de Fonorte (el sonoro enfrentamiento del constructor Jabyer Fernández con el diputado general de Bizkaia José Luis Bilbao, el empresario que se benefició y perdió con el poder) o de Viajes Marsans.
Tras ser juez de la vía mercantil, tomó una decisión que sorprendió entonces en los medios judiciales de Euskadi al pasar (durante ocho años, de 2008 a 2016) al ámbito privado como administrador concursal, un negocio que en esos años estaba al alza
La gestión de los concursos ha sido un buen negocio durante la fuerte crisis de la última década: junto a una cantidad fija estipulada en la ley, se puede obtener un 50% de retribución adicional si así lo estima el juez y el adjudicatario también se lleva el 1% de los bienes que se recuperen de la quiebra de la empresa. En España, en el proceso de Martinsa Fadesa, el más grande de los últimos años, la retribución ha llegado a los cuatro millones de euros para los administradores concursales, En estas tareas, y con éxito, ha estado ocho años el juez Etxarandio.
Su actividad como administrador concursal entre 2008 y 2016 tuvo episodios polémicos. Etxarandio fue denunciado a finales de 2010 en el concurso de Viajes Marsan por esta empresa, donde era administrador concursal, por designar como auxiliar en el concurso a Antonia Magdaleno, una de las directivas del despacho Broseta por el que el exjuez fichó a finales de 2008. Esa relación profesional en el mismo despacho impedía, según establece la Ley concursal, dicho nombramiento.
Cuando Etxarandio era todavía juez de lo mercantil, designó en 2008 a Magdaleno administradora del caso de Construcciones Loizate y tres meses después, también formó parte del concurso de la constructora Urazca (una de las primeras quiebras importantes en Euskadi) por designación del juez Edorta Etxarandio. A finales de ese año, fichó por el despacho de abogados de Antonia Magdaleno.
Su entonces jefa entró en 2020 en prisión: Antonia Magdaleno, conocida como la reina de los concursos de empresas en quiebra, fue condenada a cuatro años de cárcel por estafa.
En junio de 2016, tras solicitar su vuelta a la carrera judicial, el Consejo General del Poder Judicial, aprobó su nombramiento como juez de primera instancia de San Sebastián. Su designación apareció publicada en el Boletín Oficial del Estado del 1 de septiembre. Aquí también hay otro hecho polémico: Etxarandio se mantuvo como consejero y presidente de la empresa Cuevas&Ibarnavarro S.L. hasta el 13 de octubre de 2016. El Boletín Oficial del Registro Mercantil del 21 de octubre de 2016 (página 46152) refleja el cese de su cargo y el nombramiento de uno de sus hijos como presidente. La compañía tenía entonces como consejeros a su otro hijo y su esposa, quien es procuradora de los tribunales en Bilbao.
Mantuvo a su nombre su negocio privado casi cuatro meses desde la aprobación de su vuelta a la carrera judicial y mes y medio desde que apareciera en el boletín oficial su puesto como juez. El reglamento de la Carrera Judicial expresa en, el artículo 326. que el juez que regrese de una actividad privada debe cesar de ella en un plazo de ocho días “desde que se produjo el nombramiento”.
Etxarandio podría haber incumplido la norma de los ocho días, pero el criterio no está claro. Fuentes judiciales consultadas han revelado que habido casos de jueces que han dejado su actividad privada antes incluso de solicitar su reingreso a la carrera judicial, sin que el Consejo del Poder Judicial comentara nada. Y otros casos que siguieron cobrando de la esfera privada hasta justo ser destinados en su plaza, lo que no fue vetado por el Poder Judicial. En el caso del juez Etxarandio, desde la publicación en el boletín de su nombramiento hasta el cese en su negocio familiar pasaron 43 días.
Permaneció dos años en San Sebastián, ya que el 12 de septiembre de 2018 el Boletín Oficial del Estado (ver página 88314) publicó su nombramiento como magistrado de la Audiencia de Navarra “correspondiente al orden civil, especializada en mercantil, ocupando plaza de especialista”. La jurisdicción civil abarca un área muy amplia: desde divorcios a temas de arrendamientos.
Ahora, el polémico magistrado si ha logrado volver a Euskadi. El Consejo General del Poder Judicial, el máximo órgano de los jueces competente en los nombramientos, decidió el pasado 26 de abril el nombramiento como magistrado de la Audiencia de Gipuzkoa. Al igual que en su anterior puesto, en el orden civil y como especialista en mercantil. Son los asuntos relacionadoscon las quiebras de las empresas, en los que tuvo un negocio privado durante ocho años. No juzga los casos, sino que resuelve las apelaciones y recursos. El nombramiento aparece en el Boletín Oficial del Estado del pasado 7 de junio.