La compañía húngara Magyar Vagon, que presentó semanas atrás una OPA sobre el 100% de Talgo, movía ficha días atrás al anunciar que aceptarían la participación de socios españoles. Un giro de guión que básicamente es una forma de intentar conseguir que el Gobierno central apruebe la operación. Y, entretanto, está claro que el culebrón se resolverá ya en agosto, aunque en un principio se hablaba de julio. 

En Moncloa se sopesa minuciosamente la sorprendente propuesta de la empresa húngara. Porque en juego está el futuro de una empresa estratégica como Talgo, fábrica de origen vasco, y hasta ahora el Gobierno ha mostrado con claridad su oposición a que Magyar se quede con todo el pastel

Andras Tombor, representante de Magyar Vagon Efe

De hecho, lo cierto es que el Ejecutivo tiene otra preferencia para Talgo. Como informó recientemente Crónica Vasca, Moncloa busca pareja para la empresa porque la opción predilecta en Madrid, que sigue siendo la entrada de CAF en la operación, parece cada vez menos posible. 

La novedad al respecto de la operación llegaba por sorpresa a mediados de la pasada semana, cuando en Madrid compareció Andras Tombor, representante de Magyar Vagon, para abrir la puerta a la llegada de socios españoles en la operación. 

Los plazos

Tombor aseguró que no van a retirar su oferta de unos 620 millones de euros por Talgo. Parece que otras ofertas con socios patrios no fructifican. Y, en ese contexto, los húngaros esperan que el Gobierno apruebe la solicitud presentada y que el verano no demore la aprobación, prevista inicialmente para el 10 de agosto como tarde. 

El Gobierno debe pronunciarse sobre la operación, a través de la Junta de Inversiones Exteriores del Ministerio de Economía, antes de esa fecha, aunque podría ampliar el plazo si el Ejecutivo solicita más información, petición que Tombor “podría entender porque es una empresa icónica”.

Así las cosas, salvo sorpresa mayúscula está claro que el culebrón se seguirá alargando. Porque en un principio se daba por hecho que todo estaría resuelto, en uno u otro sentido, a finales de julio. 

Incertidumbre y números

Entretanto, la plantilla de Talgo vive con incertidumbre lo que está ocurriendo. Y, de hecho, pidió al Gobierno vasco que ayudase a mantener el arraigo de la compañía. 

Más allá de la OPA, lo cierto es que Talgo sigue funcionando. Hace unos días anunció sus resultados del pasado curso. Y los números son más que positivos. En el pasado ejercicio la empresa alcanzó unos ingresos de 652 millones de euros, una cifra récord para la compañía, que supuso un crecimiento del 39% frente a 2022, y el EBITDA creció también un 55%, hasta los 76,5 millones de euros en 2023.

Además, cerró el año con una sólida cartera de pedidos que alcanza los 4.223 millones de euros, lo que representa un incremento de 54% respecto a 2022.

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