Así está el caso 'Valogreene Paper', la planta residual que Amaia Barredo aprobó y que se activará en 2025
La consejera de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del Gobierno vasco fue investigada en 2023 por autorizar un proyecto de residuos en Bergara en contra de su Ayuntamiento, que demandó "imprecisiones" y "falta de información" en el proyecto que les presentaron
15 julio, 2024 05:00Noticias relacionadas
Era junio del año 2021. La empresa ilicitana Greene Waste to Energy se presentó en el Ayuntamiento de Bergara con un proyecto que daría un impulso más a la localidad guipuzcoana y que generaría cerca de medio centenar de empleos: una planta de producción ecológica de cargas minerales para la industria. Se trataba de un proyecto atractivo que su alcalde, Gorka Artola, vio con buenos ojos. Decidió dar el 'ok' a la empresa, que no tardó en recibir también el visto de Amaia Barredo, por aquel entonces viceconsejera de Arantxa Tapia, y emitir un informe favorable un mes después. Un proyecto que, con el paso de los meses, tomó un rumbo completamente diferente y que indignó al Ayuntamiento de Bergara, alertando que la actividad que habían autorizado y la que ofrecieron al Gobierno vasco, eran diferentes.
Así pues, Gorka Artola dejó sin efecto la autorización inicial y presentó alegaciones ante el Gobierno vasco, presentando una demanda ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) por el permiso por parte del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente de la a la empresa Valogreene Paper. Es decir, que Barredo pasaba a estar investigada por autorizar un proyecto de residuos que afectaba, según informes de diversos ecologistas y del propio Ayuntamiento de Bergara, al medioambiente y que además presentaba "imprecisiones", aparte que los nuevos informes carecían de información sobre determinados pasos a tratar.
Agirre Orcajo subrayó que los cambios presentados a una parte y a otra se consideraban "errores irrelevantes"
De hecho, aunque desde la localidad de Bergara se mostró su total rechazo por el nuevo proyecto, Greene no recibió ninguna señal de que se fuera a paralizar la autorización. El director de Calidad Ambiental y Economía Circular, Javier Agirre Orcajo, subrayó que los cambios presentados a una parte y a otra se consideraban "errores irrelevantes" y que todo continuaría con normalidad. Así pues, Barredo firmó la autorización poco después, en abril del 2022. Greene, mediante un comunicado, anunció que este proyecto supone una inversión de 20 millones de euros y que Bergara tendrá la primera planta de valorización material de residuos de papel de España que evitará "enviar a vertedero 122.000 toneladas de desechos al año".
Demora en los trámites
La empresa Greene Waste to Energy, que nace en 2011 de la iniciativa de cuatro químicos emprendedores de Elche, pretende propulsar el cambio de algo "necesario" con el objetivo de impedir la emisión a la atmósfera de hasta 150.000 toneladas anuales de CO2. Se trata de la inversión más notoria de Greene Waste to Energy desde su nacimiento hace ya 13 años, y todo ello, en parte, desde que cuenta con el respaldo financiero del fondo de inversión Moira Capital Partners, liderada por su presidente Javier Loizaga, hijo de vicepresidente del Grupo ACS (empresa liderada por Florentino Pérez), José María Loizaga.
El principal motivo de añadir la planta en Bergara, se centra en que es una zona "gran tradición industrial y grandes familias emprendedoras" que le aportará tanto a Greene Waste to Energy como a Moira Capital "oportunidades muy atractivas para impulsar buenos proyectos en el País Vasco". Aún y todo, la demora en los trámites pertinentes ha obligado a que la empresa no haya comenzado aún con la construcción de la fábrica, que estará situada en el polígono industrial Larramendi del municipio guipuzcoano.
Greene confirmó a este medio que la planta de residuos de papel de Bergara no se activará hasta 2025 y esperan que para entonces "todo esté en orden"
Y es que desde que se anunció la intención de construir esta planta residual, todo esto ha generado mucha controversia por parte de los habitantes de Bergara, que no se han mostrado conformes en ningún momento a pesar de que genere más puestos de trabajo. Pancartas con el lema de 'Osasuna, ínteres ekonomikoen gainetik' (La salud, por delante del interés económico) han vestido muchos de los balcones del municipio guipuzcoano. Desde el Ayuntamiento tienen claro que hasta que no se define un proyecto en concreto y sea beneficioso para todas las partes, no aportarán el 'ok'. Por ello, Greene confirmó a este medio de comunicación que la planta de residuos de papel de Bergara no se activará hasta 2025 y esperan que para entonces "todo esté en orden".