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Todavía hay tiempo por delante hasta que la dirección de Repsol deba tomar la gran decisión: producir hidrógeno verde a gran escala en España sí o no. Hasta entonces siguen avanzando los proyectos piloto, esos que aun no suponen un riesgo económico excesivo y permiten hacer números 'a tiempo real' antes de dar pasos definitivos.

Algunas de esas fases previas se cocinan en el entorno de Petronor, agente clave en la transición energética en Euskadi y con un peso económico y social vital. Prácticamente rozando el perímetro de la refinería, en el nuevo centro tecnológico de Abanto Zierbena, avanzan las obras de la que será la primera hidrogenera de Euskadi.

El surtidor será de hecho una de las primeras instalaciones en ver la luz en el nuevo EIC (Energy Intelligence Center) auspiciado entre otros agentes por la propia Petronor. La hidrogenera, impulsada junto al Ente Vasco de la Energía (EVE), se concibe en principio para abastecer la flota de coches en trayectos cortos de la compañía de Emiliano López Atxurra, aunque la vocación es que pueda servir de punto de partida para descarbonizar también vehículos pesados.

Además está previsto un segundo punto de recarga de hidrógeno en el Aeropuerto de Bilbao para 2026 ante las expectativas que ha despertado en los últimos años este combustible verde en el transporte aéreo, con varios centros tecnológicos y empresas vascas jugando un papel tractor en proyectos pioneros.

Electrolizador de 2,5 kW de potencia puesto en marcha por Petronor en Muskiz. Petronor

Primeras fases en marcha

Son muescas que confirman que, a pesar de la incertidumbre que rodea al electrolizador de 100 MW, el que debería ser el verdadero motor del Corredor Vasco del Hidrógeno, Petronor sigue cubriendo esas etapas previas que cristalizan en dos generadores más pequeños de 2,5 y 10 MW. Como avanza también otro de los ejes de futuro de la refinería, la planta piloto de combustibles sintéticos, que beberá precisamente de ese electrolizador intermedio que se iría ya por encima del millar de toneladas de hidrógeno al año.

Ninguna de esas inversiones parecen en riesgo. El enfado de la cúpula de Repsol, con Josu Jon Imaz a la cabeza, con la política fiscal del Gobierno de Pedro Sánchez genera un ruido mediático cuyo impacto es siempre difícil de prever, aunque hay pocas dudas de que la apuesta de Euskadi por el hidrógeno, aunque sí depende en gran medida de Repsol y su filial de Muskiz, está amparada por la política al máximo nivel, es firme y va mucho más allá.

El presidente de Petronor, Emiliano López Atxurra. EP

La inversión que Repsol confirma ahora en Portugal se enfoca en realidad en un electrolizador ligeramente más potente que el que está ya operativo en Muskiz y queda a años luz de esa siguiente estación de 10 MW.

Un problema de plazos

Más allá de que la paralización puntual del electrolizador 'grande' se pueda enmarcar en un tira y afloja retórico entre la energética y el Gobierno de Sánchez, es cierto que la industria empieza a mirar al hidrógeno con luces largas.

Imagen del Puerto de Bilbao, que aspira a ser nodo central en la generación y distribución de hidrógeno verde

De salida los propios plazos fijados después de la pandemia por Petronor van a ser más largos de lo anunciado. El propio electrolizador de 10 MW se anunció en un principio para 2024, mientras que el de 100 MW apunta también a entrar en servicio más tarde de lo previsto.

El propio plan estratégico revisado de Repsol contempla en 2027 la entrada en funcionamiento del electrolizador del Puerto de Bilbao, y eso siempre que la tensión con el Ejecutivo central no vaya a más y la inversión finalmente se lleve a cabo.

Laboratorio de Tecnalia, centro tecnológico pionero en el uso de hidrógeno

En resumen, que el hidrógeno verde va a tener un papel importante en la descarbonización parece seguro, el problema es cuándo. El propio desarrollo de la tecnología de generación y transporte impone una visión más a largo plazo y de hecho ya ha habido iniciativas en Europa que han acabado comprobándose inviables por sus altos costes.

Entre tanto sectores como el acero o el transporte pesado siguen contando con el hidrógeno como alternativa. Recientemente José Ignacio Zudaire, presidente del Corredor Vasco del Hidrógeno, anunciaba una 'autopista' de combustibles limpios desde la refinería de Petronor hasta el Valle de Ayala, en Álava, lo que permitirá aportar hidrógeno para la descarbonización a empresas tractoras como Sidenor, ArcelorMittal, Vidrala o Tubos Reunidos y Tubacex.

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