Donald Trump y Elon Musk.

Donald Trump y Elon Musk. AV

Empresas

El negocio de Euskadi en la diana de Trump: tubos, material eléctrico o máquina herramienta

Sin ventas de Mercedes Vitoria a Estados Unidos en 2024, la afección a los grandes fabricantes de componentes de coches se limita a la producción en plantas de otros países americanos

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El 'arancelazo' de Trump al mundo obliga a mirar a Euskadi en clave de vínculo con Estados Unidos. La relación comercial con el país norteamericano había subido de nivel después de la pandemia pero es cierto que en 2024 las ventas de las empresas vascas se desinflan.

En esos 2.000 millones que vendió Euskadi el año pasado en el país no hay ni rastro por ejemplo de Mercedes Vitoria, que sí optó por este mercado en 2023 para compensar la situación de la automoción en Europa.

Con la gran fábrica vasca fuera de juego y con intención de repetir volúmenes de producción en 2025 y, por tanto, sin necesidad a priori de tirar de Estados Unidos, en lo referente a la automoción hay que decir que las grandes multinacionales de componentes como Gestamp, CIE Automotive o Teknia sí se verán penalizadas por los aranceles pero a través de sus fábricas en los otros países norteamericano, que son los que producen las piezas que luego acaban en los concesionarios de EEUU.

Trabajadores de Mercedes/Mercedes Benz

Trabajadores de Mercedes/Mercedes Benz

Salvar el golpe

Sobre todo en esos 2.000 millones de euros vendidos destacan los tubos de acero sin soldadura, el material eléctrico, combustible, la máquina herramienta o los motores y turbinas de avión, si bien también hay exportaciones en menor medida en sectores como la alimentación o el vino.

A nivel industrial hay empresas concretas que a priori se verían damnificadas por ese recargo anunciado por Trump por concentrar esas partidas exportadoras protagonistas, caso de Tubos Reunidos o ITP Aero, si bien todo apunta a que dada su penetración en el mercado incluso su capacidad para producir allí podrán amortiguar en gran medida el golpe.

En el caso de los carburantes de Petronor, el mercado de la refinería de Repsol (la energética podría ser penalizada también en relación a su negocio en Venezuela) está bastante repartido.