El lehendakari Pradales saluda a Tamara Yagüe, de Confebask, en una reunión reciente / Irekia

El lehendakari Pradales saluda a Tamara Yagüe, de Confebask, en una reunión reciente / Irekia

Empresas

El 'giro social' del Gobierno Pradales por la presión del PSE deja aislada a Confebask

La patronal vasca y el Ejecutivo han chocado por el salario mínimo o la reforma fiscal, además de evidenciar escasa sintonía a cuenta de la tardía convocatoria al foro industrial

Más información: ELA y LAB piden ayuda a Pradales para superar "el veto" de Confebask en el SMI

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"Confebask actúa con una irresponsabilidad brutal", decía recientemente Loli García, secretaria general de CCOO Euskadi, en una entrevista en Crónica Vasca. La crítica hacia la patronal por negarse a hablar de un nuevo salario mínimo en convenio es común al resto de sindicatos, que en este frente cuentan además con cierto abrigo institucional.

Contra todo pronóstico, el Gobierno de Imanol Pradales ha optado por asumir un papel motor en la búsqueda de un salario mínimo interprofesional (SMI) propio en Euskadi con el vicelehendakari y consejero socialista Mikel Torres a la cabeza.

Fue el titular de Economía el primero en abrir el melón desde el ámbito institucional al apostar por buscar fórmulas alternativas para esquivar el hecho de que jurídicamente la fijación del SMI corresponde al Gobierno central. Ese limitante legal había dejado hasta ahora la cuestión de un sueldo mínimo vasco en mera reivindicación sindical y social, pero el giro de Lakua ha dado vida al debate.

Mitxel Lakuntza y Garbiñe Aranburu, de ELA y LAB, con Pradales para hablar del SMI vasco

Mitxel Lakuntza y Garbiñe Aranburu, de ELA y LAB, con Pradales para hablar del SMI vasco

Un atajo inesperado

Se trata de utilizar la negociación colectiva para hacer regla común en los convenios y forzar a las empresas a pagar por encima de un mínimo que supere el SMI actual. Es un atajo para el que es imprescindible el concurso de Confebask, que ha fijado postura desde el inicio en línea con lo esperado a tenor del discurso de la CEOE cada vez que se aborda el tema a nivel nacional.

Es cierto que la posición de la patronal vasca no ha cambiado, pero sí lo ha hecho la del Ejecutivo vasco y eso contribuye a evidenciar su soledad. Ocurrió algo parecido con la semana laboral de cuatro días, un proyecto de la antecesora de Torres, Idoia Mendia, todavía con Iñigo Urkullu en Ajuria Enea.

Confebask se desmarcó rápidamente de esa mesa y eso le generó reproches de CCOO, UGT y la propia Mendia. La diferencia entonces fue que el ala jeltzale del Gobierno enseguida quiso enfriar el debate, algo que no ha sucedido con el SMI vasco. Además, ELA y LAB optaron por no entrar a la batalla por salir la propuesta del diálogo social, en el que estas centrales no están presentes.

Mikel Torres en un acto del PSE.

Mikel Torres en un acto del PSE. PSE

Torres ha ahondado en la línea de Mendia y ha dejado claro que quiere marcar perfil de izquierdas en el Gobierno de Pradales, y ha arrastrado al propio lehendakari a solicitar publicamente que los agentes sociales se sienten a negociar un nuevo salario mínimo. No se trata de un respaldo explícito a Torres pero sí de una prueba de que no hay oposición frontal desde el PNV, al menos en esta parte final de mandato de Andoni Ortuzar, que cede ahora el bastón de mando a Aitor Esteban, a que se avance por ahí.

El encuentro oficial reciente entre Pradales y los líderes de ELA y LAB, Mitxel Lakuntza y Garbiñe Aranburu, para hablar precisamente de este tema es sintomático de cuál es la posición del Gobierno.

Seguramente el peso que tienen los sueldos en la salud de las arcas públicas vía IRPF (el gran desencuentro entre Confebask y el Ejecutivo de Urkullu se produjo cuando el exconsejero Azpiazu instó a las empresas a una subida salarial generalizada) puede ser determinante en ese impulso.

Imanol Pradales y Noël d'Anjou tras la aprobación de los Presupuestos de 2025 / L. RICO - EFE

Imanol Pradales y Noël d'Anjou tras la aprobación de los Presupuestos de 2025 / L. RICO - EFE

Reforma fiscal y 'olvido' con el grupo industrial

Confebask tiene motivos para sentir un cierto aislamiento en un contexto de enfrentamiento también a cuenta de la reforma fiscal pactada por PNV, PSE y Podemos. Aunque formalmente el acuerdo corresponde a los parlamentos forales, se trata de una serie de cambios avalados por la parte económica de Lakua.

Tamara Yagüe ha hablado directamente de "castigo" a las empresas y, si bien los consejeros jeltzales han querido dar centralidad a las medidas fiscales, tanto PSE como Podemos han transmitido que la reforma es "progresista" o "de izquierdas".

La presidenta de Confebask, Tamara Yagüe | Europa Press

La presidenta de Confebask, Tamara Yagüe | Europa Press Europa Press

Más allá de enfoques partidistas está claro que a la patronal vasca y sus territoriales, por otro lado con miles de pequeñas y medianas empresas asociadas, les está costando encontrar aliados en la política y en lo institucional.

El último affaire reseñable sería el descuido, no suficientemente explicado, al convocar el llamado grupo de defensa industrial. La patronal Confebask fue llamada a participar a última hora, o como mínimo demasiado tarde, por el Gobierno evidenciando que Pradales tiene otros aliados en el ámbito empresarial como los clústers o las cámaras de comercio.