A nadie se le escapa que la compra de Talgo por un consorcio vasco liderado por Sidenor es la operación empresarial más importante para Euskadi en los últimos años. Y es obvio que el Gobierno central, como el vasco, quiere que la entrada de José Antonio Jainaga en la ferroviaria se haga realidad.
Todas las piezas del complejo puzzle de esta operación van encajando. Talgo ya acaricia su objetivo de sanear su caja para facilitar las cosas. El Gobierno ya aprobó formalmente la entrada de la Sepi en la empresa. Y, como reveló este diario, la financiación del Ejecutivo vasco también está lista.
El Ejecutivo de Pedro Sánchez da el último empujón para que la operación se haga realidad. Y lo hace por boca del ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, que este sábado, en una entrevista en Efe, apela a la "discreción" de los trabajos y muestra su deseo de que se cierre la entrada de la Sepi ya acordada.
Durante su conversación con la agencia pública de noticias, el titular de Transportes afirma que "lo único que nosotros esperamos es que finalmente se resuelva" esta operación que supone la entrada del grupo siderúrgico vasco Sidenor y el Gobierno vasco en la empresa ferroviaria.
"(Talgo) tiene un material ferroviario que es singular y único en el mundo con sus características, con la posibilidad de poner trenes a 380 por hora con distintos tipos de ancho (de vía) sin tener que bajarte del tren, lo cual es único en el mundo más allá de su valor en bolsa, más allá de su entidad, es una empresa que por muchas razones, pues es interesante para nuestro país. Por tanto, es lógico que el Gobierno esté ahí", concluye Puente.
Palabras que no sorprenden pero que sí son significativas de por dónde discurre ahora mismo una operación que, como viene contando Crónica Vasca, es la gran apuesta empresarial del Gobierno de Imanol Pradales.
Sólo hace unos días este medio desveló que ha autorizado una aportación de 26 millones de euros a través del Instituto Vasco de Finanzas al fondo Ekarpen, compartido con diputaciones, Mondragon y Kutxabank, en el marco de la inyección de capital para poder contribuir con un préstamo a la compra de Talgo por el consorcio vasco.
Cada vez faltan menos piezas del puzzle. Y entre septiembre y octubre está previsto que se coloquen las últimas.