Visita de Pedro Sánchez a las instalaciones de Fagor Arrasate en China a finales del pasado año
Las barreras a las empresas extranjeras fuerzan a Mondragon a reducir su presencia en China
El grupo vasco alcanzó las 23 plantas antes del covid pero en los últimos años algunas cooperativas, sobre todo del sector automoción, han optado por salir del país
La automoción vasca pide alianzas con China ante la debilidad del coche eléctrico en Europa
Cikautxo es una de las principales empresas de la Corporación Mondragon del sector de automoción. El año pasado la firma con sede en Berriatua vendió su filial en China por "las dificultades encontradas" a la hora de hacerse un hueco entre los grandes fabricantes del país, que buscan favorecer a proveedores locales.
El desarrollo económico y las políticas para favorecer a la industria del país hacen de China un destino mucho menos apetecible que hace unos años para las empresas que buscan dar un salto internacional.
Ya no es solo que las grandes marcas de vehículos como BYD, Geely o GWM estén conquistando palmo a palmo los mercados europeos, es que para los fabricantes de fuera cada vez es más complicado acceder al protegido mercado chino.
Es una realidad especialmente cruda en el caso de la automoción pero extensible también a sectores de tradición en Mondragon como los bienes de equipo, maquinaria o línea blanca.
Instalaciones de Cikautxo, del Grupo Mondragon
"De China para China"
La directora general de Danobat, Nerea Aranguren, apuntaba a esta cuestión hace unos días en una entrevista en este medio indicando que se está produciendo "un movimiento de China para China, es decir, hay que ser chino para fabricar en China", con la consiguiente pérdida de mercado.
Esas barreras para acceder al negocio de los grandes fabricantes chinos 'en su casa' se traducen en el caso del Grupo Mondragon en una progresiva pérdida de presencia en el país, en el que contaba con más de una veintena de plantas productivas hace apenas cinco años.
Nerea Aranguren, directora general de Danobatgroup.
Hasta 23 plantas
De hecho, antes del estallido de la crisis del covid el consorcio cooperativo inauguraba, en concreto en la parte final de 2019, la que era la planta número 23 del grupo en el gigante asiático.
Era una factoría de Erreka Plastics, del grupo más conocido por sus cerraduras, en este caso enfocada también a los componentes para vehículos. Cuando se recuperó allí una cierta normalidad tras lo peor del covid, en febrero de 2020, Mondragon dio cuenta de una progresiva vuelta a la actividad de un total de 22 plantas.
Es el techo alcanzado por la cooperativa que encabeza ahora Pello Rodríguez, que poco a poco ha ido retirando tentáculos por las políticas económicas de Pekín hasta contabilizar a finales del año pasado 14 implantaciones productivas.
Acuerdo entre Fagor Ederlan y la china Duoli
Mondragon sigue siendo con todo el grupo empresarial nacional con mayor presencia en China, pero la pérdida de atractivo esta ahí.
No es que se vaya a dejar morir el capital y la experiencia acumuladas pero lo cierto es que la cooperativa busca cómo dar con la tecla en la que ya es una de las principales potencias económicas mundiales, mucho más consolidada desde luego que a mediados de la década pasada. Más aun cuando han ido surgiendo otros mercados asiáticos interesantes como India y siguen ahí Japón o Corea del Sur.
Pello Rodríguez, presidente de la Corporación Mondragon
Alianzas 'obligadas'
El último movimiento significativo en China lo protagonizó hace unos meses Fagor Ederlan, que dio entrada a Duoli en el accionariado de su filial local precisamente para poder acceder en mejor posición a pedidos ligados a los grandes fabricantes de vehículos.
En este contexto, y vistos los efectos del proteccionismo de Pekín, no es de extrañar que desde la cúpula del grupo vasco se insista en reclamar a Bruselas 'medidas espejo' que pongan límites a las marcas chinas y aseguren, al menos, alianzas con industrias locales cuando aterrizan sus proyectos en Europa.