Pepe Álvarez saluda a su llegada a una asamblea de UGT Euskadi en presencia de Tximi López, vicepresidente de la gestora en Euskadi / David De Haro Europa Press
UGT Euskadi ya mira a 2026 para su congreso y estará al menos un año bajo control de Madrid
El sindicato vasco sigue sin encauzar el cisma en la federación de Industria, origen del choque interno que impidió relevar a Raúl Arza el pasado mes de marzo
"La consigna es que se celebre cuanto antes", transmiten fuentes oficiales de UGT en relación a la fecha para la organización del congreso del sindicato en Euskadi, que es seguro no tendrá lugar en lo que resta de año.
De esa forma se plantea un escenario optimista, que pasaría por tener las cosas 'en orden' y con un candidato suficientemente fuerte para antes del inicio de la primavera y otro menos ambicioso que retrasaría el congreso bastantes meses más.
En ambos casos discurrirá al menos un año desde que la dirección confederal optó por tomar las riendas del día a día de la organización en Euskadi a raíz del fallido congreso este pasado marzo.
Solo una semana antes de la fecha prevista para ese cónclave, Raúl Arza anunció que no optaría a la reelección dando a entender que se postularía una única candidatura para su relevo, pero esa reelección ni siquiera se intentó ante el rechazo interno mostrado principalmente por voces históricas dentro de la federación de Industria, Construcción y Agricultura.
Tximi López, vicepresidente de la Comisión gestora de UGT Euskadi, en una entrevista con este medio
Funcionamiento con normalidad
De hecho, la dirección de UGT a nivel nacional argumentó precisamente un defecto de forma a la hora de elegir a sus candidatos al congreso por parte de Industria para tomar las riendas del sindicato y para apartar también al grueso de los dirigentes de esta federación.
A nivel oficial se destaca que en estos meses bajo control de la gestora se ha mantenido el funcionamiento de la organización con total normalidad, si bien es cierto que en el seno del sindicato palpita la incertidumbre a la espera de que se encauce la situación a nivel de gobierno, en especial en las dos federaciones que optaron por retrasar su congreso particular, la de Industria y la de Servicios, Movilidad y Consumo.
Sí operó con normalidad el área de sector público con la reelección de Arantza Agote y la elección de gran simbolismo en plena 'guerra' del propio Raúl Arza como presidente.
Raúl Arza fue elegido presidente, un cargo de perfil simbólico, de la federación de servicios públicos
Un acuerdo en Industria, la clave
La cuestión de los congresos de las federaciones es relevante porque es de ahí de donde salen las delegaciones al cónclave principal.
En estos momentos, con un cisma abierto sobre todo en el caso de la federación de Industria, con el 'cuerpo' del sindicato enfrentado con la dirección de Madrid, se antoja improbable un acercamiento para escoger esa delegación, mucho menos aun avanzar en un candidato consensuado para la secretaría general.
Así las cosas, es cierto que ninguna norma impide invertir los factores y forzar la elección de los delegados de Industria desde la gestora antes de hacer el congreso particular de esta federación, de ahí que aun no se pueda descartar la posibilidad de celebrar ese congreso del sindicato en los primeros meses del año que viene.
Pepe Álvarez, junto a Tximi López en una asamblea de UGT Euskadi / David de Haro Europa Press
Ese escenario, en todo caso, generaría aun más fricciones en el seno de Industria y obligaría, con asambleas de por medio, a hacer aun más visible la fractura en la organización
El secretario general a nivel confederal, Pepe Álvarez, ya advirtió hace poco que el congreso no se hará hasta contar con máximas "garantías" de cara a ir al congreso con una candidatura de consenso.