Imagen del interior de las instalaciones de Gometegui Industrial / Irekia
La aragonesa Comorsa entra de socio industrial en Gometegui tras salir el principal accionista
La empresa con sede en Zaragoza comparte sector con la histórica firma de Llodio, que renació después de la pandemia tras una larga crisis
Gometegui es uno de los fabricantes históricos de Euskadi de grandes bienes de equipo y componentes industriales. Hace poco más de diez años vivió una etapa dorada con gran tirón mediático al participar en la construcción, junto a otras empresas vascas, de la estructura del telescopio solar más grande del mundo que se instaló en Hawai.
Fue el éxito previo al declive. Pocos años después, en 2017, un bajón de pedidos asociado a la menor demanda de grandes fábricas del entorno empujó a la compañía al concurso con una elevada deuda y a la búsqueda de nuevos inversores para reflotar el proyecto.
Tras un largo proceso con varios pretendientes, la compañía acabó en manos de un grupo de inversores a través de la sociedad Sagona con Diego Sánchez a la cabeza.
Su entrada permitió anunciar un año después del inicio de la pandemia una inversión de 6 millones de euros y un aumento de plantilla para dar abrigo a nuevos pedidos en sectores al alza como el eólico.
Esqueleto del telescopio solar instalado en Hawai en el que participó Gometegui
Nueva etapa
El proyecto ya bajo el nombre Gometegui Industrial ha ido razonablemente bien desde entonces y ahora la histórica firma alavesa, camino de cumplir medio siglo de vida, abre una nueva etapa.
La salida del propio Diego Sánchez, así como de su socio Jesús González, ha sido cubierta por un grupo industrial con sede en Zaragoza, Comorsa, del mismo sector y parte del grupo Leblan.
Pieza de grandes dimensiones en Gometegui
La entrada de Comorsa como actor industrial ha venido acompañada de una pequeña inyección de capital pero no modifica en lo sustancial los pilares del proyecto, que sigue enfocado a grandes sectores industriales como energía, siderurgia o naval.
La salud de la cartera de pedidos es buena, transmiten fuentes de la plantilla, cercana a las 80 personas, con una facturación que ronda los 10 millones de euros al año.
La empresa de Llodio queda así en manos de Comorsa, de la consultora también aragonesa Artia y se mantiene de los anteriores accionistas Jorge Sánchez Moreno. El abogado e inversor de Vitoria, consejero de Kutxabank a través de Vital, continúa en el proyecto a través de la mercantil Samabide.