Kontsumobide defiende los derechos de los consumidores vascos también en el ámbito digital.
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El Departamento de Turismo, Comercio y Consumo defiende la protección de los consumidores frente a la IA
Desde el Departamento de Turismo, Comercio y Consumo, a través de Kontsumobide, impulsan la formación y la información para reforzar los derechos de las personas consumidoras de Euskadi
La Inteligencia Artificial (IA) abre un inmenso mundo de oportunidades, pero también de retos, fundamentalmente relacionados con la ética, los límites legales de esta tecnología y la protección de datos personales recogidos por las plataformas digitales con fines principalmente comerciales.
Por ello, el desarrollo y uso de la inteligencia artificial se ha convertido en una preocupación para las administraciones y también para las personas consumidoras. En este nuevo escenario, el Instituto Vasco de Consumo, KontsumoBIDE, ha celebrado una jornada en torno a la ‘Inteligencia Artificial y los Derechos de las personas consumidoras’ para tratar de abordar el cambio de paradigma que ha supuesto la IA en el ámbito del marketing, la publicidad y el consumo.
En el acto, inaugurado por el consejero de Turismo, Comercio y Consumo del Gobierno Vasco, Javier Hurtado, que ha contado con la presencia del Director de KontsumoBIDE, Antonio Julián Rodríguez Esquerdo, han participado diversos profesionales que trabajan y analizan el impacto de la IA, como Edmundo Rodríguez, magistrado de la Audiencia Provincial de Bizkaia; Leire Escajedo San Epitafio, profesora de Derecho Constitucional de la UPV/EHU; y Anabel Karina Arias, responsable de Derechos Digitales de la Federación de Consumidores y Usuarios (CECU).
El consejero de Turismo, Comercio y Consumo del Gobierno Vasco, Javier Hurtado, en la apertura de la jornada.
Todos ellos han diseccionado los riesgos que entraña la utilización de la IA en los acuerdos y operaciones comerciales realizados en el mundo virtual, así como los mecanismos de protección que los consumidores tienen en este escenario y que vienen recogidos en el Reglamento Europeo de IA.
Herramientas de protección
“La inteligencia artificial estudia nuestros patrones de compra y nuestros gustos y busca, a través del marketing predictivo, adelantarse a nuestros propios deseos, o eso es lo que promulga”, ha destacado el consejero. “Ante eso, -ha advertido-, las personas consumidoras debemos tener herramientas, ya que aunque esta tecnología “puede ser beneficiosa” para mejorar los procesos y también nuestra propia experiencia de compra, de consumo e incluso de reclamación o devolución, “también puede ser un riesgo”.
Además, haciendo alusión a plataformas, compañías y comercios digitales, Hurtado ha subrayado que “los derechos de las personas consumidoras deben estar en el centro a la hora de desarrollar e implantar tecnologías como la Inteligencia Artificial”.
Por tanto, Hurtado ha abogado a que “como consumidores debemos demandar más responsabilidad en su uso y como administraciones velar por ello con regulación, formación e información”.
Celebración de la jornada ‘Inteligencia Artificial y los Derechos de las personas consumidoras’.
Los derechos de los consumidores
Los expertos participantes en la jornada han coincidido en que a pesar de que la legislación siempre va por detrás de la evolución del mercado, es necesario regular los límites de la IA y la responsabilidad de las empresas que la utilizan.
“Lo que es ilegal offline también debe serlo online”, destaca Arias, de CECU, quien solicita “que las plataformas expliquen cómo funcionan sus sistemas de recomendación basada en algoritmos, que se realicen evaluaciones de impacto de estos sistemas y que se soliciten medidas de mitigación en los casos de incumplimiento detectados”.
Por su parte, el reglamento reconoce el derecho a reclamación ante una autoridad de vigilancia del mercado; el derecho a una explicación de la toma de decisiones individual; y el derecho a representación y la puesta en marcha de acciones colectivas.
Sin embargo, según los expertos, aún queda mucho por recorrer, ya que todavía quedan fuera de regulación prácticas como el diseño de patrones oscuros, la personalización en función del colectivo al que se dirijan, la transparencia, el marketing de influencers, las dificultades de cancelación de contratos y suscripciones digitales o las cláusulas contractuales injustas.