Nicolás Redondo Terreros el pasado junio, durante el homenaje del PSE y UGT a su padre en Euskadi.

Nicolás Redondo Terreros el pasado junio, durante el homenaje del PSE y UGT a su padre en Euskadi. PSE

Opinión El apunte del director

De Nicolás a Arnaldo: un error histórico del PSOE

15 septiembre, 2023 11:32

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Purgar a Nicolás Redondo Terreros por sus continuas críticas a la estrategia de Pedro Sánchez es un error histórico. El PSOE fulmina a todo un ex secretario general del PSE cuya historia familiar está íntimamente ligada, de abuelo a nieto, a las siglas que, según los purgadores, mancillaba con sus palabras.

La prueba de que este error es mayúsculo está en que muchos socialistas vascos están entre boquiabiertos y enfadados. Por duros que fueran sus ataques a Ferraz y por muy larga que fuera la distancia entre sus opiniones, saben bien que su ex secretario general no se merecía un final así. Por su trayectoria y por su compromiso. Por sus vínculos personales. Por sus miedos y dolores compartidos. Porque su figura, aunque estuviera alejado en lo estratégico, era respetable.

Ha querido el destino, además, que Redondo Terreros fuera decapitado políticamente justo cuando uno de sus mayores rivales era noticia por algunos de los motivos que más les enfrentaron. Me refiero, ya lo habrán adivinado, a Arnaldo Otegi, coordinador general de EH Bildu, que ha vuelto a mostrar quién es más allá de la retórica y la estética.

Resulta inevitable, aunque a algunos les duela, mezclar ambas cuestiones. De Nicolás a Arnaldo. Porque parece que el líder de Bildu simpatiza y defiende más a Sánchez que el ya ex militante del PSOE. Llámenme dramático, pero creo que conviene ejercitar la memoria para recordar que Redondo Terreros era de los que gritaba "ETA, aquí tienes mi nuca", jugándose la vida como sus compañeros, por vetusto que suene no hace tanto tiempo, mientras Otegi Mondragón amparaba, justificaba y hasta aplaudía el terrorismo. Uno hacía frente al terror y el otro era la voz política de los asesinos. En aquellos años uno lloraba en los funerales de socialistas mientras el otro se escondía detrás del "conflicto político". Y esta misma semana mientras uno era fulminado de su partido, el otro lanzaba un ataque sibilino a las asociaciones de víctimas de ETA.

Hoy Arnaldo es un socio fiable de Sánchez (le da sus votos gratis, o eso dice) y Nicolás está fuera del PSOE. Juzguen ustedes qué les parece.