El diputado socialista, Oscar Puente recibe la felicitación del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez tras la réplica al líder del PP y candidato presidencial, Alberto Núñez Feijóo  / SERGIO PÉREZ - EFE

El diputado socialista, Oscar Puente recibe la felicitación del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez tras la réplica al líder del PP y candidato presidencial, Alberto Núñez Feijóo / SERGIO PÉREZ - EFE

Opinión

Polarización

16 octubre, 2023 05:00

Seguro que les suena el término porque es una de las palabras de moda: polarización. Se aplica normalmente a la política, y es un fenómeno por el cual la sociedad, la opinión pública se divide, situándose cada parte en extremos opuestos.

No hay duda, la definición encaja perfectamente con lo que estamos viviendo. Posiciones políticas enfrentadas, y cada una de ellas con adeptos que en muchos casos, son más extremistas que los partidos a los que representan, o dicen defender. 

Lo hemos notado todos. De hecho, ya hablamos de sociedad polarizada o lo que es lo mismo, de ciudadanos que se agrupan en torno a extremos contrapuestos intentando hacerse oír, normalmente a gritos. Hay pocos temas que no terminen enfrentando dialécticamente a unos y a otros. Piensen en asuntos como el cambio climático, la violencia de género, los conflictos bélicos abiertos, la energía, el deporte… y un lago listado, por no decir que todo es motivo de controversia. El gran problema de la polarización es que no se queda solo en los temas de calado, sino que llega a las cuestiones más baladís y anodinas, generando auténticos cismas.

Si todos tenemos responsabilidad para intentar estar menos polarizados o ser menos extremistas y más conciliadores, es obvio que los políticos están en la cúspide de la pirámide puesto que de ellos se espera, o se esperaba liderazgo y ejemplo, pero del bueno, no del que nos regalan en multitud de circunstancias

Todo vale para entrar en polémicas y arremeter contra el adversario. Todo se utiliza. Da igual para qué,  lo importante es contra quién. De esto va la polarización. Y en este caldo de cultivo estamos viviendo desde hace ya bastante tiempo. Y en medio de estas posiciones antagónicas, los más comedidos, los que prefieren analizar, los que saben que las cosas deben obedecer a criterios objetivos y que todo requiere una reflexión porque nada es inamovible. Los que saben que las circunstancias cambian, igual que cambiamos nosotros, y no siempre las mismas respuestas solucionan los mismos problemas. En ese punto, una gran mayoría que parece que no tiene encaje. 

Hemos llegado a una situación en la que los que no se sitúan en los extremos, prácticamente no puntúan. La reflexión y el criterio no están de moda y pasan desapercibidas. Prácticamente no se escucha nada entre los gritos de quienes quieren hacer oír su voz por encima de la del contrario. Es lógico que a quienes intentan practicar la conciliación desde el respeto, todo esto les les disuada a la hora de ser más participativos, o de intentar mediar entre posiciones encontradas.

Parece que esto de la polarización se nos está yendo de las manos y eso ya roza el peligro. Como se suele decir, se sabe como empiezan las cosas pero es bastante más complicado saber cómo acaban.

Y la verdad es que el escenario no resulta agradable, e incluso a veces da miedo, por lo que merece la pena ver cómo hemos llegado hasta aquí. Es inevitable pensar que recibimos la influencia de quienes ocupan responsabilidades, puesto que aunque no queramos aparecen constantemente en los medios y quién más quién menos, tiene conocimiento de las cosas que ocurren, sobre todo cuando eso “que ocurre” está falto de formas y de educación.

Esos son los comportamientos que nos sirven de ejemplo, de clarísimo mal ejemplo, que va calando entre casi todos porque siempre hay alguno o muchos, que se dedican a aplaudirlo y a jalearlo. Si todos tenemos responsabilidad para intentar estar menos polarizados o ser menos extremistas y más conciliadores, es obvio que los políticos están en la cúspide de la pirámide puesto que de ellos se espera, o se esperaba liderazgo y ejemplo, pero del bueno, no del que nos regalan en multitud de circunstancias.

Escojan ustedes ejemplos constructivos aunque reconozco que no son fáciles de encontrar, pero existen. Fíjense en ellos y verán como se elimina parte del ruido

La responsabilidad de nuestros dirigentes tampoco debe opacar la nuestra, todos tenemos la obligación moral de no contribuir al desasosiego y a la bronca. Cada uno desde la atalaya que ocupe en cada caso, e independientemente de la altura de esta. 

Política polarizada y sociedad polarizada. A mi juicio más que nunca. No hay más que darse una vuelta por los medios y no digo ya nada, si uno se pasea por las redes sociales. Para esto ya les adelanto que hace falta estómago, porque generalmente y últimamente más, es insufrible. Parece que nos pagan para ver quién dice la burrada más gorda.

Escojan ustedes ejemplos constructivos aunque reconozco que no son fáciles de encontrar, pero existen. Fíjense en ellos y verán como se elimina parte del ruido.

Y no lo olviden, de lo que se come, se cría.