Imanol Pradales, en el acto del PNV en Sukarrieta / EP

Imanol Pradales, en el acto del PNV en Sukarrieta / EP

Opinión

Imanol Pradales: gestor, euskaltzale y obediente

27 noviembre, 2023 05:00

Cada vez que voy o vengo de Madrid me acuerdo del futuro candidato a lehendakari Imanol Pradales, al que conocí en 2011 cuando dirigía una agencia de la Diputación de Bizkaia. Y es que no muy lejos de la A-1, en la provincia de Segovia, se encuentra la localidad de Pradales, convenientemente señalizada en la carretera.

Evidentemente, su familia paterna proviene de allí y la materna no es menos castellana, Gil Gutiérrez, lo que en caso de salir elegido, le convertiría en el primer lehendakari con orígenes 'de fuera' (eso que muchos nacionalistas llaman maliciosamente 'maketo') y jeltzale, una combinación que probablemente no habría sido del agrado de Sabino Arana.

Pero sí lo ha sido de su padrino político, Joseba Aurrekoetxea, el principal fontanero del actual PNV. Su trabajo para el partido combina gestión y finanzas, dos materias claves en cualquier organización.

Combina su silla en el EBB con la máxima dirección de Batzokia, la sociedad privada de la que dependen muchos batzokis y gran parte de los ingresos, y un puesto en el consejo de Kutxabank desde el que vigila a las principales empresas vascas. Para entendernos: si Andoni Ortuzar es el presidente del PNV, Aurrekoetxea es el CEO, el que manda de verdad... y con discreción.

Aurrekoetxea conoció a Pradales en la junta del partido de Portugalete, donde ambos residen, y lo tuteló desde entonces. Vio en él a un gestor euskaltzale con obediencia jesuítica, tres claves para llegar lejos en el PNV. De hecho, así me lo presentaron en 2011, cuando todavía no era siquiera diputado foral. "Este tipo va a mandar mucho y sintoniza con los emprendedores", me explicó nuestro celestino. En esa época servidor andaba moviendo hilos para que las startups vascas tuvieran un mayor protagonismo institucional.

Aurrekoetxea vio en Pradales a un gestor euskaltzale con obediencia jesuítica, tres claves para llegar lejos en el PNV

He de reconocer que Pradales sabía mucho de economía y empleo, había analizado en profundidad los déficits de cada comarca de Euskadi y tenía la cabeza muy bien amueblada. Sintonizaba mucho con lo que le planteamos e incluso diría que era más liberal que gran parte de sus correligionarios. Eso sí, era frío a más no poder e incluso soberbio.

Puede ser que su timidez, relativamente sorprendente en alguien que se inició en el mundo profesional a través de la docencia, le haya marcado mucho en las relaciones interpersonales.

Es una característica que comparte, por cierto, con su ex profesor Iñigo Urkullu. Pero como dicen los que le conocen bien, es más mundano que el actual lehendakari. Se refieren evidentemente a que toma alcohol cuando toca y a que no frecuenta las iglesias de Portugalete.

Imanol Pradales en su etapa de remero

Imanol Pradales en su etapa de remero

No sé si esto es un atributo o todo lo contrario, pero las referencias que se hacen ahora desde el PNV a su pasado remero me huelen a la búsqueda de cierto estoicismo en su perfil. Por cierto, aunque su equipo era la Sotera de Santurtzi, su localidad natal, no tuvo inconveniente en enfundarse varias veces la camiseta de Deusto en las tradicionales regatas en la ría contra los estudiantes de la Escuela de Ingenieros.

Esa relación con la universidad jesuítica, otro aval a su favor dentro del PNV, le tuvo que llevar también a compartir pasillos con Santiago Abascal, estudiante de Sociología como él aunque un año menor. Se quedó allí a investigar y enseñar y, merced a sus evidentes buenas relaciones con los mecenas institucionales, rápidamente le concedieron alguna responsabilidad mayor en DeustuLan, un centro que acerca a los estudiantes al mundo de la empresa. En 2006 entró en la Diputación, primero como mero asesor, y ahí ha seguido hasta nuestros días.

La filtración de la destitución de Urkullu es una evidencia de su tremendo disgusto y puede anticipar otros movimientos internos contra el EBB

Lleva casi 20 años dentro de las administraciones y, aunque siempre ha ocupado puestos que le han dado hilo directo con las empresas, lo lógico es que haya perdido la perspectiva del vasquito que vive lejos de la burbuja de lo público. Una cosa es tratar con empresarios en el despacho institucional y otra bien distinta es tener que sufrir cada día para atraer clientes y sacar adelante la fábrica. Es algo que les ocurre a muchos políticos y que cada día les aleja más de una sociedad que demanda un aire más fresco.

Pero si algo va a marcar a Pradales, especialmente los primeros meses, son las circunstancias de su elección. Por una parte, que el elegido haya sido él, una persona relativamente anónima pero bien situada dentro de la 'famiglia' jeltzale, y no un consejero (o consejera) actual del Gobierno vasco. Por otra, que para ascenderle haya sido necesario sacrificar a un Urkullu que estaba dispuesto a repetir y que, con un 70% de aprobación en los sociómetros, era un valor seguro.

La filtración de su destitución es una evidencia de su tremendo disgusto y puede anticipar otros movimientos internos contra el actual EBB.

Por resumir, que los cuatro que, literalmente, mandan se hayan cargado a Urkullu para poner a un hombre fiel pero con cero experiencia electoral es una apuesta de alto riesgo. Es verdad que hasta ahora no les había ido mal, pero esa forma de actuar denota una sensación de impunidad y de arbitrariedad que resultan difíciles de justificar en una situación en la que, por fin, hay un partido que amenaza el histórico liderazgo jeltzale.

Ortuzar puede haber atado bien el apoyo socialista en las próximas elecciones  autonómicas, pero la carrera es mucho más larga.