COP28 / HANNES P. ALBERT - EP

COP28 / HANNES P. ALBERT - EP

Opinión

Condenados a entenderse

20 diciembre, 2023 05:00

Hemos tenido que esperar al último mes del año para recibir la noticia más importante de todo 2023. El acuerdo en la COP28, suscrito por más de 200 países, para poner fecha de caducidad al uso de combustibles fósiles es, sin ninguna duda, el cambio más importante y esperado de todo este siglo XXI. Más allá de la falta de concreción y de los presumibles “palos en la rueda” de los países y compañías productoras, este anuncio supone un punto de inflexión y marca una hoja de ruta sin retorno en la que el petróleo o el gas tienen sus días contados. La transición energética, de la que tanto estamos hablando, va a tener que acelerarse aún más y, como hemos contado en más de una ocasión aquí, Euskadi va a tener que ponerse las pilas para poder llegar a tiempo porque partimos de una producción y uso de renovables muy bajo, sólo el 10% del origen de nuestra energía es verde.

Curiosamente, esta esperanzadora noticia que nos llegaba desde Dubai coincidía en el tiempo con una protesta organizada por UAGA, el sindicato agrario alavés, que el jueves pasado se concentró para denunciar lo que ellos denominan “el acoso de las empresas fotovoltaicas” a los agricultores y ganaderos del territorio para que vendan sus tierras y así poder instalar huertos solares.

Un nuevo desencuentro entre los promotores de energías limpias y algunos sectores de la sociedad vasca que no están conformes con el actual despliegue propuesto desde las instituciones e implementado por compañías privadas y sociedades mixtas. La ecuación entre la necesaria transición energética y la conservación del territorio no es fácil de resolver pero no hay otro camino que buscar una solución y en este trayecto unos y otros están condenados a entenderse.

Euskadi va a tener que ponerse las pilas porque sólo el 10% del origen de nuestra energía es verde

Creo que a estas alturas nadie duda ya de la necesidad de multiplicar exponencialmente la producción de energías renovables en nuestra comunidad autónoma, pero también es verdad que esta transición energética debe hacerse teniendo cuenta que forma parte de una transición mayor, la ecológica, en la que hay que conjugar otros muchos aspectos.

La conservación de la naturaleza y una estrategia agroalimentaria centrada en la producción local son dos esenciales para garantizar un adecuado desarrollo de todo el territorio. Podemos y debemos hacer un esfuerzo como sociedad para encontrar un equilibrio que nos permita avanzar hacia un futuro libre de emisiones de gases efecto invernadero y con recursos suficientes para afrontar una adaptación al cambio climático en la que el equilibro de los ecosistemas es clave.

Para lograrlo, es imprescindible una adecuada planificación territorial. El Gobierno vasco aprobó inicialmente a mediados de este año el Plan Territorial de Energía Renovables, un documento que planteaba 110 ubicaciones diferentes para instalaciones eólicas y fotovoltaicas. El plan han recibido más de 4.000 alegaciones e incluso algunos colectivos ecologistas han solicitado su retirada. No podemos dejar pasar más tiempo. Hay que ponerse manos a la obra y lograr un consenso lo más amplio posible en un despliegue urgente de estas energías limpias y esto, en mi opinión, pasa por buscar, siempre que sea posible, alternativas a los espacios naturales.

Tenemos un país muy urbanizado y creo que se pueden explorar posibilidades en esas zonas urbanas. ¿Por qué no utilizar los miles de metros cuadrados de las cubiertas de los pabellones industriales o los tejados de las viviendas o las zonas verdes de los polígonos?. En otros países como Francia y Alemania ya se han probado varios proyectos para instalar placas solares en los peajes o las áreas de descanso de las autopistas.

En otros países como Francia y Alemania ya se han probado varios proyectos para instalar placas solares en los peajes o las áreas de descanso de las autopistas

También en otros territorios como Cataluña hay propuestas como la de un profesor de la URV (Universidad Pública del sur de Cataluña) que propone colocar paneles en los 344 kilómetros de la AP7 para producir el 4% de la energía que consume anualmente esta comunidad. Por otra parte, hay, además, un largo camino por explorar en el avance de las comunidades energéticas o en proyectos como las ekiolas, impulsadas desde el EVE.

Dicho esto, tenemos que desterrar esta contradicción permanente en la que vivimos de seguir consumiendo tanta o más energía que antes pero sin preocuparnos del tipo de combustible y de su procedencia. Tenemos que consumir energía más limpia pero también tenemos que reducir nuestro consumo. Esto último, pasa por medidas de eficiencia energética en nuestros edificios, tanto públicos como privados, pero además por una mayor sensibilización para activar medidas de ahorro.

En definitiva, debemos llegar a grandes consensos para garantizar un imprescindible despliegue de las energías renovables en Euskadi, no podemos esperar ni un minuto más. Para alcanzarlos la clave está en el diálogo para resolver esa ecuación entre como conseguir de manera limpia la energía que necesitamos y vamos a necesitar y su convivencia con nuestros ecosistemas naturales. Estoy seguro de que se puede. Pongamos todos de nuestra parte.