El candidato del PNV a las elecciones autonómicas del 21 de abril, Imanol Pradales / PNV

El candidato del PNV a las elecciones autonómicas del 21 de abril, Imanol Pradales / PNV

Opinión

Euskadi Force One

27 febrero, 2024 05:00

Ya vienen los reyes, con el aguinaldo. Un villancico viejuno que traigo a colación a cuenta de esta campaña electoral tan larga que vamos a tener, o estamos teniendo, en Euskadi. Y mira que a mi  me gustan y me cansan cero.

A falta de conocer los programas y las propuestas concretas de cada candidato y su partido, comienzan a llamar la atención determinadas estrategias. El candidato Otxandiano, por ahora, es un enigma dentro de una adivinanza. No propone gran cosa y espera el fallo del contrario, en este caso el PNV. Sobre el luctuoso pasado de su formación, por ahora se ha limitado a llamarlo ciclo político ya superado. La inercia ascendente le lleva en volandas y Otxandiano reza para que no acontezca nada que reste los votos izquierdistas que vienen de Pudimos y los soberanistas que le caigan de votantes del PNV, con ganas de un cierto cambio. Y hablo de cosas como recibimientos que socaven la dignidad de las víctimas, conatos de disturbios, escraches a otras candidaturas, etc... Es decir, que la blanqueada patita del lobo no asome hasta el fin de la película electoral.

Todo esto lo sabe bien el PNV y su candidato Pradales, que han adoptado un papel más proactivo contra Bildu ¿Acierto o error? Necesidad. El bicho que les ha crecido dentro ya se ha hecho demasiado grande como para ignorarle así que solo queda combatirle. Como al cáncer. Esa tarea se la van a dejar a los segundones y no al candidato. Desde el ex, Urkullu, pasando por Ortuzar, Egibar, Itxaso, etc... van a ser los encargados de exponer las miserias y carencias tanto de Bildu como de su candidato. El ataque ad hominen y el susurro en la oreja, de batzoki en batzoki, de pueblo en pueblo, es una arma que los jeltzales siempre han manejado especialmente bien contra el adversario.

El enfrentamiento cerrado Bildu-PNV deja fuera de los focos a Andueza, socio de los jeltzales en el Gobierno vasco, y del PNV y Bildu en Madrid. También le deja espacio. Menos presión, más despliegue. Fútbol básico. Su labor será la de proponer y proponer y confrontar y confrontar. Presión en toda la cancha. No queda otra. Con sus ex-socios de Vitoria, aunque partners en Madrid, y con Bildu. Siempre y cuando, por un bien mayor, Pedro Sánchez no les venda o el tema Ábalos no se extienda. Aveces, a perro flaco todos son pulgas.

Eso mismo pensarán en las dos fuerzas que se presentan para cubrir el espacio a la izquierda del PSE-EE. Un espacio que ahora, inexplicablemente para mi, cubre un partido étnico y agrario como Bildu. Sumar y Podemos, en estas elecciones solo pueden servir para quitar algún parlamentario a los soberanistas, ni tan mal, o a los socialistas. Ellos tienen toda la pinta de quedar al borde de la extinción.

Javier de Andrés, en su vuelta a la actividad que dejó para siempre hace pocos años, va a intentar revivir al PP en Euskadi. Veremos si su deriva es conservadora o iliberal. Veremos si en los mítines está Juanma Moreno y Semper o Ayuso. Por ahora intenta rascar los votos “prestados” al PNV con un discurso que señala al euskera o, más bien, al intento de imposición del euskera en la vida de la ciudadanía vasca. Si lo hace de forma inteligente, con datos, desapasionadamente, señalando la luna y no el dedo, le puede dar resultado. Si se pone en plan hoolligan, asustará y no vendrá nadie. 

Porque para eso está Vox. Veremos a Abascal en Euskadi .¿Podrá hacer campaña o el mundo Bildu-extrema izquierda se le opondrá? En este caso, los enfrentamientos solo darán votos a Vox y los restarán a la opción soberanista que se presenta como alternativa de Gobierno. Veremos. No obstante el partido de extrema derecha lo tiene crudo en Euskadi. Su discurso excluyente, racista y supremacista ya está copado por otros. 

El PNV lleva cuarenta años favoreciendo, por un lado, la presencia de nacionalistas en la función pública, en las empresas públicas y en cualquier chiringuito que dependa del Gobierno vasco, de una diputación o de un ayuntamiento

Estas son las posiciones de salida. Ahora déjenme una reflexión sobre el candidato que tiene más posibilidades para ser lehendakari. Parece ser que uno de los mantras de su campaña va a ser la defensa de la iniciativa privada. La creación de empresas, una fiscalidad más ventajosa para retenerlas, dotar a los emprendedores del prestigio social que les corresponde, etc... No habla, por supuesto, de que la iniciativa privada está en manos de unos pocos, miembros de las mismas estirpes y élites. No habla de que el ascensor social que hubiera permitido la incorporación de otras personas brillantes a la innovación, creación y dirección de empresas, está roto desde hace décadas, y que su partido ha contribuido a su ruina.

El PNV lleva cuarenta años favoreciendo, por un lado, la presencia de nacionalistas en la función pública, en las empresas públicas y en cualquier chiringuito que dependa del Gobierno vasco, de una diputación o de un ayuntamiento. Han tenido tanto éxito que en esos lugares básicamente operan solo dos sindicatos, ELA y LAB. Y ahí está el principal problema: hoy han perdido la mayoría en esos lugares en favor de Bildu. En este caso, Saturno es el que está siendo devorado por sus hijos.

Algo más éxito han tenido los jeltzales en la empresa privada vasca. Además de contar con su propio pequeño y mediano empresariado afín ideológicamente, siempre han intentado y conseguido penetrar en los consejos de administración de las grandes empresas. Además, algunos de sus ex-políticos han construido verdaderos emporios empresariales, y tienen controlado el sector de la construcción y edificación. Para conseguir todo eso han dejado las estructuras económicas como estaban. Han colocado a su gente, no siempre competente y, en consecuencia, han taponado a otros.

Habla de carga, sin mencionar que hoy Foronda ya es el tercer aeropuerto español en kilos transportados, por detrás de Barajas y Zaragoza. Y habla de vuelos transoceánicos. Ya. Lo estoy viendo. Lo siguiente es tener el Euskadi Force One en Foronda

El dinero y el poder van unidos. Si el PNV pierde el poder es posible que pierda también consejos de administración públicos y privados. A cambio mantendrá, al menos cuatro años, a los miles de militantes y cargos acreditados como funcionarios, que pasarán a ocupar su plaza y a ejercer de oposición en la sombra, interprétese esto como se quiera menos en el sentido de lo que debe ser un funcionario. 

Además, que la defensa de la iniciativa privada provenga de un político como Pradales, que desde los 30 años vive de lo público y que antes trabajó de profesor en la Universidad de Deusto, tiene delito. Y que en los cuarenta puestos de salida que su partido presenta al Parlamento vasco yo no vea una sola persona emprendedora, también es para señalar. En fin.

Por eso queda más vistoso presentar su candidatura en Vitoria-Gasteiz y reclamar la competencia de los aeropuertos vascos para promover que Foronda sea el aeropuerto de carga y transoceánico más importante de Euskadi, o del mundo. No se. De pasajeros no habla, no vaya a ser que Bilbao y Bizkaia se reboten. Habla de carga, sin mencionar que hoy Foronda ya es el tercer aeropuerto español en kilos transportados, por detrás de Barajas y Zaragoza. Y habla de vuelos transoceánicos. Ya. Lo estoy viendo. Lo siguiente es tener el Euskadi Force One en Foronda. ¿Pensará el PNV que los alaveses son tan pardillos? 

Quedamos a la espera de lo que nos traigan los reyes Majos a los vizcaínos y guipuzcoanos.