El presidente del PNV Andoni Ortuzar, junto al candidato a Lehendakari y ganador de los comicios vascos Imano Pradales, en la reunión de la Ejecutiva del PNV para analizar los resultados de las elecciones / Luis Tejido - EFE

El presidente del PNV Andoni Ortuzar, junto al candidato a Lehendakari y ganador de los comicios vascos Imano Pradales, en la reunión de la Ejecutiva del PNV para analizar los resultados de las elecciones / Luis Tejido - EFE

Opinión

La laxitud de la vasquidad

22 mayo, 2024 05:00

En días como hoy, en los que no sabemos si estamos en guerra con Argentina. Ni si cada argentino expatriado en España es un Faustino Bertoldi en potencia. Cuando incluso desconocemos si a dicha e hipotética campaña bélica, en la que los pampas esperan que caiga a sus plantas rendido un león, iría solo el 'perro Sanxe', mientras Feijóo y Abascal ejercen su patriótico e histórico papel de quintacolumnistas. En estos días uno, que ya ha vivido muchas e inciertas vicisitudes, se alegra de la tranquilidad que se respira en el oasis vasco.

Cuando observa en el oriente español que los ganadores de las elecciones han de esperar pacientemente a que los beneficiarios de la política del ibuprofeno, aplicada por el gobierno de España, decidan si les permiten gobernar, uno se alegra, como miembro de una comunidad que ha acaparado portadas y titulares durante toda la democracia, de haberse convertido en un previsible y aburrido cucú suizo

Unos beneficiarios que, o bien enredan desde Argeles sur Mer (hermosas playas convertidas en miserables campos de concentración para la derrotada República española, por cierto) pensando más en lo suyo que en Catalunya, o bien rehuyen sus responsabilidades de partido serio y centenario para transformarse en unas CUP de segunda división que decidirán en alegre biribilketa asamblearia el futuro de su país. 

Uno se alegra de estar en un país (aunque sea paisito) dónde el presidente de un banco alerta sobre los bajos sueldos que cobran los jóvenes y sobre la pérdida de talento que ello supone, en lugar de ir a tomar parte del bosque de nabos económico y financiero convocado por el excitable ¡Viva la libertad carajo! Milei

Porque uno quisiera, como ciudadano de un país que fue fascista y filonazi y, hasta antes de ayer, una dictadura, que su upper class fuera un poco más germánica y menos apegada a su reciente pasado. Que uno ya no sabe dónde se colocarían estos en caso de un golpe de estado. Bueno, sí que lo sé. 

Por eso, cada día aspiro a pulmón lleno a reventar la tranquilidad y serenidad política y financiera que se respira en Euskadi. Y luego espiro. Es como si todo el seny catalán hubiera decidido, cual argentino, cambiar de aires turbios a buenos aires, para afincarse en Colón de Larreátegui, al lado de Thate, o en Dato, junto a Goya o en Mayor, encima de Irulea, y nos hubiera imbuido a todos, todas y todes. 

Aquí, en el frente político siguen las negociaciones entre el PNV y el PSE-EE para formar el próximo Gobierno vasco. Bildu protesta porque hay oscurantismo en las mismas y le contestan que 'claro que sí guapi'. Y a lo suyo. En lo municipal estamos a punto de comenzar el periodo de jaiak o fiestas. Los grupos de dantzak acicalan sus ropajes, las corales de los pueblos afinan sus voces, las aldeanas alinean sus mejores planteles de frutas, verduras y legumbres, amén de pan, cerveza casera, pastel vasco, handmade crafts, etcétera,... los grupos de teatro de calle y de batucada ven como se acerca su agosto, las organizaciones alternativas, rupturistas, antisistemas, antimilitaristas, ecologistas, LGTBIQ+ , o solo parte, etcétera afilan sus codos para coger sitio para sus txosnas, … Un mundo feliz.

A ver, no voy a negar que también tenemos nuestras chorradicas, pero son parte del paisaje y del paisanaje. Que los trabajadores de Bilbobus rechazan en asamblea el pacto alcanzado entre patronal y comité. No pasa nada. Que deciden seguir de huelga indefinida, que ya dura un mes, para que les mejoren sus magros salarios de cuarenta mil euros anuales. No pasa nada. Que boicotean y sabotean los servicios mínimos, es decir que destruyen el material (autobuses o partes de ellos) que pagamos todos a escote. No pasa nada.

Porque la huelga que de verdad duele, por lo menos en Bizkaia, la huelga que puede desatar una carlistada que ríase usted del cura Santa Cruz, es la huelga de polideportivos que ampara ELA. Ahí os habéis columpiado. Está el sindicato que aspira a gobierno vasco en la sombra, a un plis plas de que alguna persona empiece en X una campaña con el lema #noteloperdonaréjamáselasindikatua. Que no se extrañen de que un día una masa de ciudadanos indignados al grito de ¡Rodead Barrainkua! escracheen a estos señoritos. 

Porque aquí podemos pasar por muchas cosas, no se yo... Por que el PNV ponga de jefes en dos empresas forales a los ex alcaldes de Iurreta y Lezama por ejemplo, aunque ambos estén afectados por impulsar pelotazos familiares o por desviación de poder. A casi 100.000 euros al año. En empresas con decenas de trabajadores forales que no sabemos para que son. BizkayTIK y Zugaztel se llaman. En chiringuitos. 

Y podemos pasar por que cambien, sin explicación alguna, a la gerente del Palacio Euskalduna, algo parecido pero en bilbaíno al Kursaal o al Palacio Europa, por un ex parlamentario pata negra al que le quedan cuatro años para jubilarse, y al que hay que aparcar el algún sitio a otros casi 100.000 euros al año. Aunque este señor no haya gerenciado nunca nada de nada. Cero experiencia empresarial. Cero experiencia directiva o empresarial. Eso sí, es animador socio-cultural. Pero no nos importa.

Pero ¡cómo que hay Dios! Por lo que no vamos a tragar en en Bilbao, y aquí recupero el fundacional grito ¡Viva la libertad carajo!, es porque una pandilla de sindicalistas funcionalizados agarren al pueblo por las pelotas y cierren los polideportivos ¡en plena operación bikini! Sinvergüenzas sin escrúpulos. Eso, este país curtido en la lucha y el antifascismo, no lo olvidará jamás.