La vida, entendida como experiencias, malas y buenas, caídas en el camino a Damasco, unas cuantas, o satisfacciones, íntimas y públicas, que podían haber sido más, aunque no me voy a quejar, dejan la cuestión de la confianza como algo relativo, nunca ciega y siempre circunstancial.

Exigía la semana pasada Rufián al presidente Pedro Sánchez que le asegurara que en las conversaciones y comunicaciones intervenidas a Koldo García, Ábalos y Santos Cerdán no había un P. Sánchez, como en su día hubo un M. Rajoy en los apuntes de la trama Gurtel, aquella de los discos borrados y destruidos a martillazos.

La pregunta a los socios de la investidura no es si se fían o no de Pedro Sánchez. Eso es una tontería cuando se habla y se está en política. Es más, los socios se fían tanto de Pedro Sánchez como él de ellos. Y no es de ahora. El apoyo al Gobierno asemeja a un matrimonio de intereses cruzados y difícil equilibrio. Un matrimonio que está en peligro por culpa de una investigación que parece haber descubierto una trama de mordidas y corrupción a cargo de personas, afiliadas al PSOE, algunas con muy altas responsabilidades, que se han vendido por cuatro pesetas y que han descolocado, sumido en la tristeza y en la incertidumbre al electorado que apoya al gobierno. Porque, una vez más, la corrupción castiga más a la izquierda que a la derecha.

Volviendo a Rufián, lo único que Pedro Sánchez puede asegurar es que no va a haber una conversación o un escrito con él incitando o cometiendo una irregularidad junto a los implicados anteriormente citados. Otra cosa es que, y si la hay saldrá, exista una grabación en la que García, o cualquiera de los otros, le diga a algún otro corrupto o corruptor, que el jefe, o el Perro, o el presi, o como sea la forma en que le llamen, está de acuerdo con tal o cual cosa. Pero no es lo mismo, aunque joda igual.

Si mañana nos abren el guasap o nos graban un año de conversaciones random, todos salimos muy mal parados

Además, estarán conmigo que el papel lo aguanta todo, pero que si mañana nos abren el guasap o nos graban un año de conversaciones random, todos salimos muy mal parados. Insultos a terceros, chistes de mal gusto, críticas desaforadas e impropias, retuiteo de memes graciosos, pero que zahieren a otros, incluso tráfico de informaciones falsas,... esa es la ciénaga digital de nuestros días, en la que chapoteamos casi todos.

Así que menos escandalizarse y más prestar atención a lo mollar, que, en el caso que nos ocupa, son las mordidas de un grupo de socialistas con temas de obra pública, para su propio beneficio. Lo de siempre.

Y digo yo, al hilo de esto, que está bien que el auto de la UCO recoja todo el material y conversaciones referentes a estos asuntos, pero no sé que aporta a la causa la parte en la que Ábalos y García hablan de tías y de follar. Más allá de buscar el escarnio público de los implicados por su actitud machirula, y hacerla extensible, por derivación mágica, a todo el partido en el que militaban. Lo cual, entiendo, excede el alcance del auto y lo desvirtúa, sobre todo porque no siempre se actúa de la misma forma.

Con Acciona, la UCO se queda en la puerta y piden a su coronel que les dé algo, lo que sea, que no quieren molestar, que es muy malo pedir, pero peor es robar

Cojamos, por ejemplo, el extraño comportamiento del juez que pide a la UCO que registre a fondo todas las empresas e instituciones presuntamente implicadas en la trama, excepto a, pásmense, Acciona, cuyo jefe de seguridad es el coronel Sánchez Corbí, cesado como responsable de la UCO por el gobierno de Pedro Sánchez. Con Acciona, la UCO se queda en la puerta, nada de fotos como en Ferraz, y piden a su coronel que les dé algo, por favor, lo que sea, que no quieren molestar, que es muy malo pedir, pero peor es robar.

Abundando en lo mismo, y ya que el secreto de las actuaciones es algo etéreo e intangible, estoy deseando conocer los audios y WhatsApp de González Amador, con directivos de Quirón o con responsables institucionales de la Comunidad de Madrid, incluida su crush.

Pero creo que la instrucción no lo ha pedido. Lo mismo ocurre con el asunto archivado de las mascarillas de Tomás Díaz Ayuso. Tal vez, solo tal vez, si se hubieran incautado de los dispositivos móviles y discos duros de esta persona, el caso hubiera tenido otro recorrido. Pero nunca lo sabremos. Pablo Casado tampoco.

Solo son unas muestras, unos detalles de alguien como yo, como la mayoría, lego en jueces, leyes y procedimientos. Alguien que entendería perfectamente que la parte progresista de este país no se fíe del todo de Pedro Sánchez, pero mucho menos de la justicia. Con minúscula.

Vivir un día más para pelear mañana, e incidir en los resultados y en la profundización de sus políticas

Enunciado, por tanto, que no se trata solo de confianza, sino también de políticas y resultados, al presidente solo le queda resistir para vencer. Vivir un día más para pelear mañana, e incidir en los resultados y en la profundización de sus políticas. Para ello lo fundamental es convencer a sus socios de investidura, plantear una moción de confianza y aprobar unos presupuestos. En eso debería centrar el Gobierno sus esfuerzos ¿Difícil? Sí. ¿Imposible? No me atrevería a apostar.

Afortunadamente, para él, Pedro Sánchez cuenta con la ayuda inestimable de Núñez Feijóo. En los últimos días, el que no es presidente porque no quiere, lo mismo afirma ante los empresarios que "el incremento indiscriminado del SMI lo único que conlleva esfuerzo salarial de las empresas, esfuerzo impositivo de los trabajadores y recaudación para el Gobierno”, que desprecia, con gran sentido de estado, el acuerdo obtenido por el presidente ante la OTAN para no invertir el 5% del PIB en Defensa, como exige Trump, y lo despacha diciendo que es “una cortina de humo”. Todo un estratega.

Y que Ayuso afirme ante su cámara legislativa, que Juan se tiene que cambiar el nombre a Jon si quiere tener una vida en una Euskadi

Cuando Díaz Ayuso monta el circo en Barcelona y se marcha cuando el lehendakari saluda en euskera, para entrar de nuevo cuando el presidente gallego saluda en galego es gloria bendita para el PSOE. Y que la misma señora afirme ante su cámara legislativa, que Juan se tiene que cambiar el nombre a Jon si quiere tener una vida en una Euskadi donde han sido lehendakaris Carlos, Juan Jose y Jose Antonio, consolida el apoyo del Gobierno de progreso. Y perjudica las aspiraciones del PP de Euskadi y Catalunya.

Que la inefable Conferencia Episcopal, que no es el PP aunque lo parezca, pida elecciones, al margen de que nunca lo haya hecho antes, es una bendición, urbi et orbe, que, ¡ojalá! Acerca el fin del Concordato y de los privilegios de la Iglesia Católica, al tiempo que propicia la unidad del cuerpo electoral progresista, que no entiende estas idas de olla.

Y que los jueces conservadores, los mismos que escudriñan hasta el ojete a unos y dan masajes a otros, como el magistrado Peinado con M. Rajoy —siempre dato, no relato—, hagan una huelga contra una ley que democratiza el acceso a la judicatura, garantizando, entre otras cosas, el anonimato de los opositores, beneficia al gobierno progresista.

 Lo que no creo que pase es que Pedro Sanchez convoque elecciones

Todo está abierto, la moción de censura con los votos del PP y la moción de confianza con los apoyos de la mayoría de progreso. La primera no va a ocurrir si el PP no obtiene los seis votos que le siguen faltando y la segunda tiene que asegurarla antes de vacaciones. Lo que no creo que pase es que Pedro Sánchez convoque elecciones. Pero oigan, que todo es volátil y todo puede suceder.

Lo fundamental para Pedro Sánchez y sus aliados es mantener la calma. Ya lo decía Siniestro Total. No vayamos a pasarnos de frenada como Pradales y anunciemos una auditoria de los contratos firmados en la etapa de… Urkullu. Me consta que don Iñigo está entre muy y la ostia de enfadado con la tontería del nuevo.