No cabe ninguna duda que la incertidumbre es una de las principales características de actual momento económico que atenaza el desarrollo del comercio mundial. Por si no teníamos poco con conflictos como el de Ucrania, Gaza o el más reciente de la guerra Irán-Israel, que han tensionado y tensionan constantemente los mercados internacionales, la llegada de Trump al poder con su política de aranceles aleatorios ha convertido la vida de miles de empresas en una auténtica montaña rusa.
Nunca como hasta ahora ha sido tan importante adaptarse y adelantarse a las condiciones cambiantes de un mercado cada vez más exigente y competitivo. En una situación como esta no queda más remedio que saber leer las nuevas necesidades y tendencias de fondo y transformar la forma de trabajar y producir de las empresas.
Se habla mucho de hasta qué punto es importante e imprescindible la digitalización de la industria y se invierte mucho dinero y esfuerzo en esta cuestión. Es evidente que este es uno de los retos a alcanzar, pero hay otro que al menos tiene la misma importancia y al que no siempre se le dedica la misma atención, la transición ecológica, que aún está pendiente para una buena parte de las organizaciones.
Se trata de hacer un giro de 180 grados en nuestra manera de producir y de relacionarnos con el entorno y eso requiere un cambio radical
Una transición que va mucho más allá de la descarbonización de la industria. Se trata de hacer un giro de 180 grados en nuestra manera de producir y de relacionarnos con el entorno y eso requiere un cambio radical para el que se necesita mucho apoyo y crear un ecosistema apropiado para sumar a este reto a las pymes, que son las que más complicada tienen esta transición por falta de recursos, pero que suponen más del 90% del tejido industrial del país.
Necesitamos productos más eco-diseñados, que utilicen menos energía y que esa energía sea limpia, descarbonizar nuestros procesos, reducir y reutilizar nuestros residuos, bajar al máximo el consumo de agua, etc. En definitiva, transformar nuestro sector industrial y hacerlo más sostenible porque esto va a conseguir hacerlo también más competitivo y, de esta manera, asegurar su supervivencia.
Hasta ahora la mayoría de las pymes se han acercado a su transición verde obligada, en su gran mayoría, por las normativas impulsadas desde la UE y esta aproximación desde el “miedo” ha hecho que no hayan visto la enorme oportunidad que supone para incrementar de una manera exponencial su competitividad y diferenciación frente a la competencia. Necesitan conocer y poner en marcha soluciones adecuadas a todos sus retos sostenibles y para ello, el papel del sector ambiental es clave.
Un foro pionero que nace con la vocación de convertirse en un referente de todo el Eje Atlántico y que se celebrará el año que viene en Euskadi
Esto es lo que pretende Atlantic Green Hub, un nuevo espacio de encuentro organizado por Aclima, el clúster vasco de medio ambiente, y Viratec, su homólogo gallego, que los próximos 23 y 24 de octubre reunirá en Santiago a las principales empresas del sector ambiental y al resto de sectores productivos que necesitan sus soluciones para avanzar en su transición ecológica y fomentar su competitividad. Un foro pionero que nace con la vocación de convertirse en un referente de todo el Eje Atlántico y que, con toda probabilidad, celebrará el año que viene, en Euskadi, su segunda edición.
Sorprende y mucho que, con la enorme necesidad de acelerar esta transición verde de las empresas, hasta ahora, apenas haya foros en toda Europa especializados en compartir los diferentes avances y soluciones en esta materia y, sobre todo, en poner en contacto proveedores de soluciones con industrias que están buscando realizar esa transformación sostenible.
Tenemos muchos congresos de sostenibilidad centrados en ciudades o territorios, pero es mucho más difícil hallar encuentros que afronten esta transición desde la problemática de un tejido productivo que aún dista mucho de ser 100% sostenible. Así que todas estas cualidades lo convierten en una cita imprescindible para empresas de todos los sectores y una oportunidad magnífica para impulsar ese Eje Atlántico del que hace poco nos hablaban el Lehendakari Pradales y el Presidente de la Xunta, Rueda, en su encuentro en Bilbao.
Sumar esfuerzos y conectar dos regiones con una variedad más que notable de sectores empresariales es un perfecto punto de partida para ir sumando actores a este foro
Sin duda, uno de los grandes valores del Atlantic Green Hub es que nace de la colaboración y visión común de dos de los clústeres referentes del sector en España, especialmente Aclima, que con su 30 años recién cumplidos es el pionero. Sumar esfuerzos y conectar dos regiones con una variedad más que notable de sectores empresariales es un perfecto punto de partida para ir sumando actores a este foro y convertirlo en una referencia entre las citas sostenibles de toda Europa.
No debemos olvidar que ser sostenible genera beneficios e impulsa a un sector que en Euskadi representa ya el 5% de su PIB y está creciendo exponencialmente, convirtiéndose en una herramienta imprescindible para la descarbonización de la economía vasca. Compartir experiencias, conocer a los líderes de la descarbonización y descubrir las principales innovaciones del sector son aspectos fundamentales para todas las empresas que quieran adaptarse a esta situación tan volátil y estoy seguro de que Atlantic Green Hub va a convertirse en poco tiempo en una especie de Bienal de la Máquina Herramienta del sector ambiental, un lugar de referencia al que acudir para acelerar la transformación ecológica de todas las empresas.
Si además, consigue generar conexión y negocio entre todas las empresas de los territorios que conforman el corredor Atlántico puede ser un revulsivo para todas sus economías, haciéndolas más competitivas y resilientes. Bien por la colaboración entre territorios y bien por la colaboración público-privada. Al final salimos todos ganando.