Tras cosechar un importante acuerdo con los estibadores en el frente laboral, el Puerto de Bilbao se abre a nuevos y múltiples frentes, el más relevante relanzar el volumen de tráfico más allá de todo lo que tiene que ver con la energía, el gran motor en estos momentos. Y para ello su presidente, Ricardo Barkala, tiene un as en la manga. Asegura que varias de las navieras más importantes del mundo están interesadas en hacerse con la explotación de la segunda terminal de contenedores, un proyecto arriesgado por la configuración física del puerto y la falta de espacio que, de salir bien, consolidaría a Bilbao a medio plazo entre los principales puertos españoles. Un gran salto adelante que se combina con la oleada de proyectos en torno a la energía renovable, la descarbonización y el hidrógeno que, como señala el propio Barkala, hacen ya del puerto un hub energético.