La justicia casi siempre llega tarde, pero al menos llega. Con la sentencia del Tribunal Supremo de esta semana sobre el caso De Miguel tras más de una década de culebrón, quedan probadas las corruptelas de los exdirigentes del PNV alavés. ¿Qué papel jugó el partido en la trama corrupta? ¿Cómo afectará este escándalo en las elecciones venideras? Respecto a la primera pregunta, es cierto que el PNV no ha sido juzgado ni condenado, sí, pero no puede obviarse que se trata de un grupo de burukides que contrataban con instituciones gobernadas por los peneuvistas y con empresarios a los que conocían de las juventudes jeltzales. Además, algunos líderes de la formación se abrazaron a los corruptos cuando ya estaban señalados. Sin embargo, no parece que esto vaya a tener influencia en las urnas... Aunque eso, claro, lo contaremos cuando toque.