El pleno del Parlamento vasco acoge este jueves un debate que se presenta largo y acalorado sobre la construcción del nuevo Centro Internacional de Acogida para Refugiados en Vitoria, y sobre el modelo de acogida vasco, a raíz de las mociones presentadas por el grupo Vasco Popular - Ciudadanos y Elkarrekin Podemos-IU, las cuales abordan el tema de la inmigración y la recepción de personas refugiadas de manera, cuanto menos, dispar.
Mientras la moción elaborada y planteada por la coalición morada pretende abordar, desde una perspectiva integradora y desde “la preocupación”, la proliferación de discursos “que criminalizan los procesos migratorios y a las personas migrantes”; la presentada por los populares busca “dar marcha atrás”, a la construcción de este nuevo centro que, con una capacidad estimada de 350 plazas, previsiblemente será el más grande a nivel nacional.
Ya desde que el Gobierno de España anunció su intención de reconvertir la antigua residencia Arana en un espacio donde acoger a las personas refugiadas en Euskadi, las disidencias entre los socios del Ejecutivo, PNV y PSE, no tardaron en saltar, llegando incluso a provocar acusaciones de “xenofobia” contra ciertas figuras del grupo jeltzale.
Una negativa clara y compartida entre PNV y PP
Por parte del partido liderado por el lehendakari Íñigo Urkullu la negativa fue clara desde el primer momento, ante un proyecto que no responde “al modelo que buscan" y apoyan desde su formación. Una postura en cierto modo compartida con el Partido Popular, cuyo rechazo se refleja en la moción presentada por el portavoz y parlamentario Carmelo Barrio Baroja, que se debatirá en la sesión de este jueves.
Desde el PP, instan al Gobierno central, y especialmente al Ministerio de Inclusión, Seguridad y Migraciones a que paralice “de forma inmediata” la construcción del centro, “adoptando las decisiones y medidas administrativas que resulten necesarias".
Sin embargo, como dejó claro este miércoles el presidente del PSE-EE, Eneko Andueza, la construcción del centro, "sigue adelante", y que su desarrollo es "competencia del Gobierno de España” y como autoridad respecto al proyecto, “la va a ejercer".
De hecho, fue el propio Andueza quien en su momento acusó a sus socios de gobierno de lastrar este proyecto y este miércoles, durante una entrevista en Onda Vasca, aseguro que en la Comunidad Autónoma Vasca “hacen falta infraestructuras” que den una buena acogida, “porque ha habido gente que ha querido retorcer e incluso tergiversar el verdadero objeto de este centro”.
Además durante esta misma entrevista, donde hizo referencia a la necesidad de un nuevo centro como alternativa al pabellón de Irun que habitualmente se utiliza para acoger a la población migrante y refugiada, apuntó que la sociedad vasca es "acogedora” y “solidaria”, y rechazó el uso de determinadas expresiones hacia el proyecto como “macrocentro” o "guetización" porque el objetivo de estas es "estigmatizar a la población refugiada".
Preocupación sobre el modelo vasco de acogida
Por su parte, y con un enfoque cercano al del PSE-EE, desde Elkarrekin Podemos-IU, el portavoz suplente de la coalición, Iñigo Martinez Zatón, lleva a debate una moción dirigida “al impulso efectivo” del modelo vasco de acogida, con la cual, el partido manifiesta “su preocupación” por la proliferación de discursos que criminalizan la migración y “por el retroceso” a nivel europeo “en el reconocimiento y protección de los derechos humanos de las personas refugiadas y migrantes”.
De esta forma, desde la coalición morada reclaman al Gobierno vasco que presente en el Parlamento para su debate el documento de diseño y puesta en marcha del modelo vasco de acogida, para que en Euskadi “se garantice” una protección “incondicional” a todas las personas migrantes y refugiadas, “con especial atención a las mujeres doblemente vulnerabilizadas”. Unos reclamos a los que se ha sumado EH-Bildu.
Con todo esto, aún no queda claro cómo se resolverán ambas mociones en el seno del Parlamento vasco, pero lo que sí se atisba, y ya han dejado entrever varias formaciones durante las últimas semanas con declaraciones más o menos afortunadas, es que durante la sesión parlamentaria la mayoría de los partidos, por no decir todos, se acusarán los unos a los otros de utilizar este debate sobre el modelo de acogida vasco y el centro de Vitoria como arma electoral para las elecciones del próximo 28 de mayo.