Los lderes de PNV y Bildu, Andoni Ortuzar y Arnaldo Otegi, ambos socios de Snchez. / EP

Los lderes de PNV y Bildu, Andoni Ortuzar y Arnaldo Otegi, ambos socios de Snchez. / EP

Política

Bildu intenta resucitar el “nuevo estatus” ante el 28-M, pero el resto de partidos lo ignoran

La coalición soberanista trata de abrir, sin demasiado éxito, un nuevo debate sobre el estatus vasco, mientras el resto de formaciones políticas les acusan de electoralistas

13 marzo, 2023 05:00

Se acerca un año repleto de fechas electorales y desde EH-Bildu son plenamente conscientes de ello y de las acciones que deben tomar como partido para aumentar su masa de votantes o, por lo menos, para dar de qué hablar en los próximos comicios y mantenerse entre los temas de conversación de la ciudadanía vasca. 

Por esto, no es casualidad que justo ahora, el coordinador general de la coalición soberanista, Arnaldo Otegi, haya intentado abrir, sin demasiado éxito, un nuevo debate sobre el nuevo estatus político de Euskadi, después de que se grupo parlamentario registrara en la Cámara vasca una iniciativa para que el Parlamento se pronuncie a favor de abrir un proceso de debate para alcanzar "un nuevo estatus jurídico-político".

Una proposición no de ley, firmada por el parlamentario de EH Bildu y líder de Sortu, Arkaitz Rodríguez, pero que realmente tiene el nombre de Otegi detrás, en la que plantean como "imprescindible” la actualización del modelo de relaciones establecido en 1979 con el Estatuto de Gernika, alegando que "la mayoría de la sociedad vasca actual” no ha sido parte de la toma de decisiones al respecto.

El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, y el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez. / EFE

El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, y el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez. / EFE

Un debate con poco éxito

Sin embargo, parece que al coordinador general de EH-Bildu no le ha funcionado demasiado bien lanzar ahora una propuesta sobre un tema que llevaba meses sin atenderse y sobre el que, a primera vista, el resto de formaciones políticas no tienen ningún interés en abordar

De hecho, entre las pocas reacciones que se han dado tras las declaraciones de Otegi sobre el autogobierno de Euskadi, la más destacable ha sido la del PNV por parte de su parlamentario Íñigo Iturrate quien desautorizó al líder soberanista y a su propuesta, por el “tufo electoral” que esta desprendía a escasos tres meses de las elecciones municipales y forales del 28 de mayo

Asimismo, el propio parlamentario jeltzale, en una entrevista para Onda Vasca la semana pasada acusó a la coalición abertzale de tratar de resucitar este tema motivados únicamente por intereses partidistas, cuestionó se este es “el momento propicio” para este debate y desmintió haber ignorado el tema, asegurando que su formación “siempre ha dicho que el autogobierno es necesario ampliarlo”, pero que el proceso debe realizarse “con garantías y acuerdos suficientes” para no “frustrarse” como sociedad.

El coordinador del grupo parlamentario del PNV, Iñigo Iturrate / Europa Press

El coordinador del grupo parlamentario del PNV, Iñigo Iturrate / Europa Press

Derecho a decidir sobre el modelo territorial

Sin embargo, el debate sobre el nuevo estatus político de Euskadi no es algo, ni de lejos, nuevo. Desde hace años los partidos independentistas de la Comunidad Autónoma Vasca han tratado de avivar la conversación sobre el autogobierno, sobre "la plurinacionalidad y el derecho a decidir", y sobre la reforma del modelo territorial español, integrando en un único espacio a la Comunidad Autónoma Vasca, a Navarra y al País Vasco francés.

De todos modos, no es de extrañar que Otegi, y por tanto EH-Bildu, intenten recuperar viejos debates en un momento por el que la propia formación experimenta un periodo agridulce: con varias encuestas que le posicionan como clara segunda fuerza en determinadas ciudades y diputaciones, y con una actividad política muy vistosa en el Congreso de los Diputados y como socio preferente del Gobierno de Pedro Sánchez; pero también con una división cada vez más molesta entre sus juventudes, especialmente por movimientos como Gazte Koordinadora Sozialista (GKS), que “amenazan” con arrebatarles parte del voto joven.