El balance de las transferencias a Euskadi: las prisiones, el IMV y poco más
El balance de los cinco años de presidencia de Pedro Sánchez se ha saldado con la llegada a Euskadi de once transferencias, pero lejos de las expectativas creadas cuando en junio del 2018 se comprometió con el lehendakari, Iñigo Urkullu, a dar un impulso al autogobierno vasco
2 julio, 2023 16:32Noticias relacionadas
El balance de los cinco años de presidencia de Pedro Sánchez se ha saldado con la llegada a Euskadi de once transferencias, con la de prisiones como la más destacada, lejos de las expectativas creadas cuando en junio del 2018 se comprometió con el lehendakari, Iñigo Urkullu, a dar un impulso al autogobierno vasco.
No obstante, aunque no es un gran balance, es bastante mejor que el del gobierno anterior del PP, cuando no llegó ninguna en siete años, como recordó este mismo viernes Urkullu.
En junio del 2018, recién elegido Sánchez, el presidente y el lehendakari acordaron crear un grupo de trabajo para avanzar en la negociación de las 37 competencias pendientes de transferir a Euskadi, cifra que calculó en 2017 un informe aprobado por el Parlamento vasco.
Las transferencias que llegaron: Prisiones y el Ingreso Mínimo Vital
La realidad es que cinco años después solo han llegado once materias a Euskadi, la más relevante, la gestión de las tres cárceles vascas: Zaballa (Álava), Martutene (Gipuzkoa) y Basauri (Bizkaia). Un traspaso que ha ido paralelo al acercamiento a Euskadi de los presos de ETA que estaban dispersos por el resto del Estado.
El 1 de octubre de 2021 Euskadi comenzó a gestionar las cárceles y desde entonces la mayor polémica se ha dado por la concesión del tercer grado por parte del Gobierno vasco a 43 presos de ETA, de las que 14 progresiones han sido revocadas posteriormente por la Audiencia Nacional.
La otra transferencia destacada que ha llegado a Euskadi en 2022 ha sido la gestión del Ingreso Mínimo Vital (IMV), una prestación para paliar situaciones de pobreza. Dado que Euskadi es una comunidad pionera en las ayudas sociales a través de Renta de Garantía de Ingresos (RGI), la nueva competencia es un complemento a lo que ya se hacía. Al final se ha optado por una nueva Ley que integra el IMV y complementa su cobro con la RGI, con lo cual se mejora el dinero que perciben las personas más vulnerables.
Las otras nueve materias que han llegado son de importancia menor: primero, en el 2018 y 2019, se traspasaron dos tramos de autopista, los 6 kilómetros de la AP-1 entre Armiñón y el límite con Burgos) y los 77 kilómetros de la AP-68 desde Bilbao hasta que la vía abandona Euskadi por Burgos tras atravesar Bizkaia y Álava. No se ha notado mucho, ya que la concesión de la AP-68 es privada hasta el año 2026 y la autopista será de pago hasta esa fecha.
En negociación: Cercanías se quedó fuera
De las pendientes, el traspaso que estaba más avanzado es el de los trenes de cercanías. Son las líneas de Renfe de cercanías de Bilbao (a Santurtzi, Muskiz y Orduña) y la de Irun-Brinkola, aunque el Gobierno vasco también quería la de Bilbao-Balmaseda de vía estrecha. Al final, discrepancias económicas han impedido que llegue una transferencia importante por el número de viajeros que mueve.
Ademas, el Gobierno vasco envió al central propuestas sobre otras siete competencias para intentar adelantar su llegada, sin resultado. La más relevante de este paquete es la transferencia de la homologación de títulos extranjeros en enseñanzas universitarias. Euskadi quiere agilizar esta convalidación de títulos para combatir la escasez de trabajadores en algunas profesiones como la sanidad.
Las otras seis materias sobre las que se envió una propuesta pero han quedado en el limbo han sido meteorología, salvamento marítimo, fondo de protección a la cinematografía, gestión del litoral, autorizaciones de trabajo de los extranjeros inmigrantes y el Centro Nacional de Verificación de Maquinaria (en Barakaldo).
Para otra ocasión: La Seguridad Social
El elefante de las transferencias seguirá pendiente, la Seguridad Social, cuyo traspaso despierta recelos en muchos sectores ante el peligro de ruptura de la caja única para todo el Estado. Se llegó a un acuerdo para que se realizaran estudios sobre la viabilidad de que Euskadi asumiera la gestión económica de la Seguridad Social, es decir, el pago en caja, sin derecho a tocar las prestaciones, pero la pandemia lo dejó otra ocasión.
También tendrán que esperar otras transferencias destacadas que Euskadi ha reivindicado desde hace años, como los puertos de interés general (Bilbao y Pasaia) y los tres aeropuertos vascos.