El próximo 4 de noviembre el PP vasco votará a su nuevo presidente autonómico. Aunque la votación debe realizarse todavía en el congreso autonómico del partido, Javier de Andrés, exdiputado general de Álava y exdelegado del Gobierno durante los últimos años de Mariano Rajoy, será quien acabe sustituyendo al actual dirigente de los populares, Carlos Iturgaiz, al frente del partido.
Con De Andrés, el PP vasco recupera un perfil que había quedado difuminado en los últimos años, y que durante la etapa de Pablo Casado al frente de la dirección nacional del partido estuvo a punto de desaparecer. Ahora, los populares dan un giro a su estrategia en el País Vasco, y buscarán hacerse con parte del espacio electoral de centro para atraer a los votantes descontentos con el PNV.
Para ello, el actual candidato a presidir el partido en Euskadi se está rodeando de un equipo que le permita darle una imagen renovada al PP. Aunque esto no implica cambiar de caras, sino todo lo contrario: dar protagonismo a algunas de las actuales y recuperar otras antiguas que habían quedado relegadas a un segundo plano. Entre ellas destacan, por ejemplo, la portavoz del grupo popular en el Parlamento vasco, Laura Garrido; el expresidente del partido y exalcalde de Vitoria, Alfonso Alonso; y el diputado en el Congreso, Borja Sémper. También el propio Iturgaiz ha dado su apoyo a De Andrés para sustituirle en el cargo.
Todos ellos miembros con un peso relevante en el partido, ya sea en Euskadi o en Madrid y con un amplio recorrido político con el que De Andrés y el PP vasco buscan encontrar una voz propia y diferenciada. Una voz que les permita seguir mejorando sus resultados electorales y aumentar su representación en el Parlamento vasco tras las elecciones autonómicas del próximo 2024.
A por el votante del PNV
De Andrés todavía tiene que ser nombrado oficialmente el nuevo presidente del PP vasco, pero la realidad es que el congreso del 4 de noviembre es simplemente un mero trámite. A partir de ahí, el nuevo dirigente popular deberá ponerse manos a la obra para reformar un partido que actualmente en Euskadi apenas tiene tirada y que en los últimos años ha sido rechazado por buena parte de la sociedad vasca.
Sin embargo, De Andrés, aunque con sus idas y venidas, lleva más de dos décadas participando en la vida política vasca. Recuerda que el PP fue una fuerza fundamental en Euskadi, llegando a superar los diez parlamentarios en numerosas legislaturas. De hecho, fueron esenciales para que Patxi López se convirtiera en 2009 en el primer lehendakari socialista tras Ramón Rubial, quien fue presidente del Consejo General Vasco entre 1978 y 1970 en la etapa preautonómica.
Pero ahora, los populares apenas cuentan con representación política en la Cámara autonómica, con tan solo cinco parlamentarios. Una situación de absoluta inferioridad que el PP vasco va a tratar de cambiar con De Andrés a la cabeza y, previsiblemente, arrebatándole al PNV parte del electorado que en la última década ha ido migrando del Partido Popular a los nacionalistas vascos.
Además, De Andrés busca mantener e impulsar todavía más el crecimiento electoral del PP en las pasadas citas electorales. Tanto en las municipales y forales como en las generales, la formación conservadora creció en votos y en número de representantes en Euskadi. De hecho, en el 28-M se convirtieron en una fuerza fundamental para consolidar los Gobiernos de Vitoria, Durango y Gipuzkoa, así como en otros muchos Ayuntamientos del País Vasco; y en las generales recuperaron un escaño por Álava en el Congreso de los Diputados, el cual habían perdido en las elecciones de 2019 y que precisamente ocupó Javier de Andrés.
Un PNV "de izquierdas"
Que De Andrés vaya a ser el nuevo dirigente del PP vasco no es ninguna casualidad. En Génova llevan desde las generales, incluso desde que llegó Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del PP, tratando de acercarse al PNV y de encontrar puntos en común con los jeltzales. Una estrategia que hasta ahora parece no haber salido demasiado bien, puesto que los diputados nacionalistas votaron en contra durante la investidura de Feijóo y fueron protagonistas en su derrota.
Aquellos plenos, sin embargo, dejaron una imagen muy diferente a la que se daba desde la tribuna del Congreso. La de Feijóo junto a Aitor Esteban y el resto de la bancada jeltzale, en una muestra clara de que relación entre el PNV y el PP, aunque sea mínima y se produzca solo en Madrid, parece haberse retomado.
Mientras, en Euskadi la historia parece ser diferente. En el peor momento político para los jeltzales, el PP vasco se suma al aluvión de críticas contra el PNV, con el fin de debilitar todavía más al partido que, a excepción de una legislatura, ha liderado el Gobierno vasco durante los últimos 40 años.
Pero de Andrés mantiene unos argumentos totalmente diferentes a los de EH-Bildu o Podemos en su estrategia contra los nacionalistas vascos. Mientras las izquierdas abertzale y progresista insisten en que el PNV es un partido estancado y con políticas obsoletas; el futuro presidente del PP vasco les acusa, precisamente, de haberse convertido en una formación más de izquierdas.
De hecho, así lo defendió este miércoles el propio de Andrés en una entrevista para Onda Cero, donde aseguró que el presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, se había declarado incluso a sí mismo de izquierdas. "Lo dicen ellos, y no solamente lo dicen, sino que lo demuestran. El otro día Ortuzar estaba muy ufano porque habían parado a las derechas. Es decir, su discurso y su satisfacción eran por parar a las derechas, y él se ha declarado de izquierdas", aseveró De Andrés, tras lo que añadió que en el PNV "saben que con la izquierda tienen cuota de poder", y por ello "han defendido escoger esto" en vez de "defender otra posición que si tuvieron en otro tiempo".