Ascenso y desplome de Urkullu: el lehendakari se despide del Gobierno con el PNV a la baja
Tras casi 12 años al frente del Ejecutivo vasco, el dirigente jeltzale abandonará el cargo tras las elecciones autonómicas de 2024. Con su partido en una caída libre que ha quedado constatada en los últimos comicios
16 diciembre, 2023 05:00Todavía no se ha dado una fecha para las elecciones autonómicas vascas del próximo año, pero con los candidatos de casi todos los partidos ya confirmados, entre los que destaca la ausencia de Iñigo Urkullu, lo único que está completamente claro es que el actual lehendakari no repetirá en el cargo después de casi doce años al frente del Ejecutivo vasco.
Urkullu, que en 2012 recuperó Ajuria Enea para los jeltzales después de un breve periodo socialista encabezado por el exlehendakari y actual portavoz del PSOE, Patxi López, dejará el Gobierno después de tres legislaturas en las que el PNV ha pasado de un ascenso imparable, a un desplome electoral que ahora pone en riesgo su hegemonía política en Euskadi.
Precisamente estos tres mandatos de Urkullu han coincidido con la irrupción y el auge innegable de EH Bildu en el panorama político de Euskadi. De hecho, fue en 2012 cuando la coalición soberanista participó por primera vez en unas elecciones autonómicas vascas bajo las siglas actuales. Antes lo había hecho bajo el paraguas de Herri Batasuna (HB) y Aralar (escisión de HB fundada por Patxi Zabaleta ante la vinculación de este otro partido con la banda terrorista ETA), pero nunca había reunido una masa electoral como hasta ahora.
Al principio, la aparición de Bildu no supuso un golpe notable para los jeltzales, que en los comicios de 2012 superaron a la coalición soberanista en 106.576 votos y 6 escaños (logró 27); y cuatro años después, en las autonómicas de 2016, esta diferencia se amplió hasta los 172.996 votos y 10 escaños. Los jeltzales obtuvieron 31. Aunque esta legislatura el PNV se vio obligado a pactar con el PSE-EE (con 9 parlamentarios) ante el riesgo de una coalición entre los 18 representantes de Bildu y los 11 de Podemos Ahal Dugu-IU.
Sin embargo, en 2020, pese a que los nacionalistas vascos, de nuevo liderados por Urkullu, lograron reunir 31 parlamentarios -superando los 30 de 2009 y manteniendo los 10 escaños de diferencia con Bildu-, perdieron casi 50.000 votos y la distancia con la formación abertzale se redujo a los 100.380 electores. Unos datos que deben leerse en un contexto marcado por la pandemia de COVID-19, la cual obligó a mover la fecha de las autonómicas de abril a julio, y provocó que en estas la abstención alcanzara el 49,22%.
Cambio de ciclo
La noticia de que el PNV había decidido no contar con Urkullu para las elecciones vascas del próximo año, y que su sucesor sería Imanol Pradales -un político de perfil similar pero apenas conocido fuera de Bizkaia, donde es diputado-, provocó una sorpresa general que en las últimas semanas se ha ido reduciendo, al tiempo que las incógnitas en torno a esta "sucesión" han recibido respuesta.
Sin embargo, todavía quedan muchas cuestiones por resolver. En especial, la de si Pradales va a ser capaz de devolverle al PNV a una posición que parece estar perdiendo y que es casi imposible de recuperar. La de aquella fuerza política que, aunque no lograba mayorías absolutas -algo prácticamente imposible en el panorama actual- era capaz de conformar cómodamente gobiernos en solitario y contaba con el apoyo indiscutible de buena parte de la sociedad.
Los datos son cada vez más desalentadores para los nacionalistas vascos y los últimos dos periodos electorales vividos en Euskadi: las municipales y forales del 28-M y las Generales del 23-J, han demostrado que la ciudadanía vasca está más dispuesta que antes a dirigir su voto a otras formaciones políticas como EH-Bildu o el PSE-EE. De hecho, en mayo los de Arnaldo Otegi se convirtieron en la primera fuerza de Vitoria y Gipuzkoa -aunque no lograron gobernar en ninguna de las dos-, y en el partido con más Ayuntamientos de Euskadi; mientras que en junio, los socialistas fueron la opción más votada, dejando al PNV como segunda fuerza.
Estos resultados dan muestra, como vienen insistiendo desde EH Bildu, Elkarrekin Podemos y el Partido Popular, de que en Euskadi se está viviendo un cambio de ciclo y que buena parte de la sociedad, incluidos votantes habituales del PNV, están "cansados" e "insatisfechos" con las políticas recientes de los jeltzales, e incluso, de la dirección que estos han tomado desde que en 2016 confirmaron su alianza con el PSE tanto en el Ejecutivo autonómico como en el resto de instituciones forales y municipales.
"Cegados con las elecciones"
Con todo esto, aunque el lehendakari no ha dado todavía fecha para las próximas elecciones, y continúa insistiendo en que a su Ejecutivo le queda "trabajo por delante" y "tiempo para cumplir todo el programa", desde la oposición reclaman que este es un Gobierno ya "agotado", "en funciones", y exigen que las autonómicas se convoquen lo antes posible porque, a su juicio, eso es lo que pide la sociedad vasca.
Sin embargo, Urkullu mantiene su empeño por sacar adelante varias de las normas todavía pendientes. Y aunque algunas como la de Educación, la de Empleo o los presupuesto, tienen ya asegurada su aprobación, otras como la de Cambio Climático y Transición Energética, están todavía en la cuerda floja.
Así, este viernes, durante el último pleno de control del año, el lehendakari, en respuesta a las críticas trasladadas por la portavoz de EH Bildu, Nerea Kortajarena, ha recordado a la formación abertzale que en sus tres legislaturas se han aprobado "107 leyes a las que habrá que sumar otras 5", y les ha acusado de estar "cegados con las elecciones" y de transmitir una imagen "catastrofista" y "pesimista" de Euskadi que no se corresponden con la realidad.
Incliso, el dirigente vasco, que afronta sus últimos meses como lehendakari, aseguró que desde su Ejecutivo seguirán "trabajando con fuerza e ilusión" para cumplir su programa y sus objetivos pendientes. Entre los que, según ha señalado, se encuentran cerca de 100 iniciativas que pretende sacar adelante antes de que finalice el mandato.